La Asociación de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA) ha reclamado al Ministerio para la Transición Ecológica que desestime el proyecto para construir la segunda pista en el aeropuerto de Alicante-Elche por el grave impacto ambiental que supondría la infraestructura. Los ecologistas esperan que su escrito, dirigido al subdirector General de Evaluación Ambiental, contribuya a que el proyecto de la segunda pista se descarte definitivamente, "de modo que termine de una vez el boicot que denuncian que mantiene AENA desde 2010 a la restauración ambiental del Saladar de Agua Amarga", según apunta un comunicado.

El Plan Director del aeropuerto de Alicante-Elche ha sido nuevamente sometido a fase de consultas ambientales diez años después de efectuarse un trámite similar por parte del entonces Ministerio de Medio Ambiente. Como ya se proponía en el documento de 2009, se vuelve a proyectar la ampliación de las instalaciones aeroportuarias con la construcción de una segunda pista que ocuparía un importante sector de los terrenos protegidos e inundables de la zona húmeda catalogada del Saladar de Agua Amarga, tanto en Elche como en Alicante, invadiendo incluso terrenos del Dominio Público Marítimo Terrestre del término municipal de Alicante.

AHSA denuncia, por otro lado, la actitud de AENA impidiendo el cumplimiento de las medidas correctoras incluidas en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de la ampliación de la desaladora de Alicante, presionando a la Mancomunidad de Canales del Taibilla, a la Conselleria de Medio Ambiente y al Servicio de Costas de Alicante para que no se mantenga inundado de forma permanente el Saladar, tal y como se contempla en la DIA, con el argumento del peligro de colisión con las aves acuáticas que puedan acudir al humedal. Amigos de los Humedales afirma que el peligro del aumento de colisiones causadas por aves, aducido por AENA para impedir la restauración ambiental del Saladar de Agua Amarga, es completamente infundado.

Los ecologistas aseguran que en un estudio realizado por AENA en el que se recopilaron datos de colisiones con avifauna en el aeropuerto de Alicante-Elche entre 2008 y 2015 se recogía una tasa de colisión muy por debajo de la media de los aeropuertos españoles. El grupo ecologista pone como ejemplo el aeropuerto de Barcelona, construido como el de Alicante, y otros muchos en todo el mundo, junta a una zona húmeda, el Delta del Llobregat, existiendo lagunas a escasa distancia de las pistas del aeropuerto en las que se registran invernadas de miles de aves acuáticas. Sin embargo, en el entorno del Aeropuerto del Prat nunca ha habido problemas para llevar adelante los numerosos proyectos de restauración ambiental realizados desde su protección como reserva natural en 1987.

En opinión de AHSA, "detrás de la constante oposición de AENA a la restauración ambiental del Saladar de Agua Amarga se esconde el interés por mantener la zona húmeda completamente degradada para facilitar el proyecto de ampliación del aeropuerto sobre el humedal.

Un proyecto completamente disparatado por su altísimo coste ambiental, no sólo por la destrucción de un valioso humedal mediterráneo, sino también por las graves consecuencias globales en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero que supondría seguir invirtiendo dinero público en fomentar el medio de transporte más contaminante que existe, la aviación comercial, en la actual situación de emergencia climática", concluye Amigos de los Humedales.