«La enfermedad fantasma» o «el síndrome de la mujer trabajadora». En esos términos definen algunos expertos la fibromialgia o síndrome de fatiga crónica. Una dolencia crónica que padecen más de 23.000 personas en la provincia de Alicante, según cifras del año 2018, y sobre un 4% de la población de la Comunidad Valenciana. Mientras que, en lo que va de año, los centros de salud de la provincia acumulan 14.154 consultas en sus unidades de atención primaria sobre fatiga crónica.
Hoy, día mundial de la patología, muchas personas que padecen la enfermedad salieron a la calle para dejar claro su descontento con el trato que reciben desde las administraciones.
Entre sus principales reivindicaciones, los pacientes reclaman más atención de los médicos de cabecera. Y es que la primera impresión que transmite una persona que padece fibromialgia, es que puede padecer un problema neurológico, puesto que las causas del dolor que afecta a las articulaciones no se descubre en las pruebas médicas que se practican. Por su parte, la asociación de Alicante, que cuenta con apenas 20 componentes y que sale adelante con aportaciones de sus socias. Cuentan que la enfermedad afecta «directamente a la calidad de vida», no solo «por las dolencias», sino porque en numerosas ocasiones, las personas que padecen la enfermedad «no pueden trabajar». Los médicos sí resaltan que las atenciones primarias en los centros de salud «se han perfeccionado». «Ahora se han mejorado las técnicas de control de la enfermedad, además de haber puesto en marcha mejores hábitos para los pacientes», afirma el coordinador del centro de salud de Benalúa, Carlos de la Sen, quién añade que el factor fundamental para llevar la enfermedad es el ejercicio físico.
