«Hay muchas festeras que tiran del 'me dejan'. Vienen a ajustarse el corpiño, y si se ahorran 200 euros, pues mejor para ellas». El indumentarista Miguel Ramos, que ha vestido en numerosas ocasiones a las Belleas de Foc y a sus damas, percibe en su negocio cada vez más encargos de clientas de toda la vida que le llevan prendas para rehacer. «En cuanto pasa la elección de la Bellea, las festeras sacan el corpiño, se dan cuenta de que no entran en él y vienen como locas a que se los arregle, aunque no queden igual porque están cortados a medida».
En ocasiones son transformaciones tan grandes que se notan las costuras. «Si hay que sacarles siete u ocho centímetros, se ven un montón. Y si estaban muy ajustados, se abren». Lo mismo pasa con las faldas, también le llevan muchas para arreglar, aunque en este caso sea una tarea más sencilla, «se desmonta el frunce y lo montas otra vez. La gente está tirando de lo que tiene en el arcón sin darse cuenta que a veces los arreglos son complicados y se encarecen si son prendas que estaban hechas a medida, sobre todo corpiños». Si en tiempos de bonanza Ramos vendía al año más de 200 trajes nuevos al año, ahora apenas llega a la mitad. Hace otro centenar de arreglos.
Otro indumentarista de las Hogueras, José María Lorente, de Jose Fiesta, aconseja prudencia en el caso de la compra de prendas para los trajes de las comisionadas por internet, que también va al alza. Luego se las llevan a arreglar porque no les quedan bien y a veces la transformación cuesta más de lo esperado.
«A veces arreglar un corpiño vale 100 euros (que hay que sumar al ticket de la compra virtual), cuando los hay nuevos a 270 y 300 euros». En este sentido, considera que el traje de huertana más sencillo, liso, con rayas o cenefas, ha venido muy bien para quienes quieren tomar parte en los desfiles o vestirse durante las fiestas sin desembolsar grandes cantidades. «Ahorran mucho dinero y quedan muy bien, incluso para la Ofrenda de flores, aunque es verdad que la mayoría quiere lucir en ese día algo más lujoso».
Las faldas de este tipo de traje son más económicas a la par que cómodas. Las hay acrílicas o de seda salvaje, y cuestan unos 300 euros. Las sedas también se venden. Antes más que ahora, Ramos daba salida a estrechos de seda con precios entre 3.500 y 5.000 euros solo la falda. Está la seda de doble ancho, que tiene la misma calidad aunque varía el dibujo, por unos 1.500 euros. El traje completo más barato vale 800 euros incluido el delantal y la manteleta, aunque los hay de mayor calidad entre 1.500 euros y 1.800 euros.
En el caso de Jose Fiesta, también ve que «la gente tira mucho del baúl de los recuerdos. Sacan corpiños antiguos porque por un precio no escandaloso pueden cambiar un poco su traje para que parezca otro». En su tienda entran muchas prendas de niñas que se han quedado pequeñas para arreglarlas a hermanas y amigas.
El colorido que se verá este año en las faldas de las festeras durante las Hogueras será variado, tirando a tonos oscuros. Marrones, verdosos, negros, azules, granates, en seda y rayón, son los que predominarán, aunque no faltará un clásico, el blanco, en festeras que prefieren no arriesgar.
Bellea del Foc
También la indumentarista Conchi Beneyto hace estos últimos años muchos arreglos a clientas en sus trajes de una temporada para otra, de corpiños y otras prendas. En su caso ha vendido un centenar aproximado de trajes a comisionadas de Hogueras este año, sobre todo con colores azul marino, granate y blanco para las faldas. Y avanza que se llevarán mucho en las telas los metales en oro, que vuelven, desbancando a la plata de moda en Hogueras pasadas.
Este año confeccionará los trajes a la Bellea del Foc, Isabel Bartual, y a sus damas. Ayer les tomó medidas. A la Bellea le coserá tres trajes completos y una cuarta falda. Tres serán sedas (la principal un espolín de seda tejido a mano, y la segunda y la tercera estrechos de seda) y la cuarta con un tejido más ancho. A las damas les hará dos trajes completos a cada una y una tercera falda. El secreto está en los colores.
