La Unión Europea (UE) pretende que la tecnología salve vidas en las carreteras. A partir de 2022, los turismos y furgonetas que se vendan en la UE deberán tener instalados diez nuevos sistemas de seguridad, entre ellos el ISA («Intelligent Speed Asssistance»), un asistente inteligente que regula la velocidad del vehículo según el límite legal de la vía.

El funcionamiento del sistema consiste en la instalación de un GPS y varias videocámaras que reconozcan todas las señales para poder ajustar la velocidad del vehículo a la que permite la calzada por la que circula. Mediante este proceso, el ISA sabrá en todo momento cuál es el límite legal del tramo que recorre el automóvil y regulará la velocidad limitando la potencia del motor (y no accionando el freno).

La medida, aprobada el 21 de febrero por el IMCC (comité del Parlamento Europeo que regula el mercado interno de los 28 países miembros), pretende reducir las muertes al volante en un 20 por ciento y las colisiones en un 30%. David Fernández, técnico en Seguridad Vial en RACE (Real Automóvil Club de España), asegura que esta implantación «mejorará la seguridad vial en la carretera, ayudará a reducir las situaciones de coalición y permitirá salvar más de 10.000 vidas al año».

La Unión Europea considera que con el nuevo paquete de medidas de seguridad se podrían prevenir alrededor de 25.000 muertes entre 2022 y 2037. Por su parte, Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial de la Universitat de València, afirma que esta decisión se enmarca dentro de «un plan más global de la UE» para reducir los accidentes «por el drama humano que significan», y añade que «además esto tiene unos costes económicos absolutamente desmesurados». Tal como explica el catedrático, en España la accidentalidad supone un coste de unos 20.000 millones de euros al año «con todo lo que conlleva: traslados, hospitalizaciones, indemnizaciones, reparaciones, tiempo perdido, etc».

De momento, el conductor podrá desactivar el ISA pisando más el acelerador, pero deberá repetir este gesto cada vez que arranque el coche, ya que se trata de un sistema automático que se activa con cada encendido.

Ana Novella, presidenta de la Asociación de Víctimas de Accidentes de Tráfico en València, manifiesta que «es importante que todo esto venga de serie porque se supone que se van a salvar muchas vidas».

El motivo principal por el que se podrá apagar temporalmente es porque no es infalible, puesto que presenta un margen de error del 10%. Las cámaras pueden fallar en tramos de obras o no leer bien las señales, mientras que el GPS necesita tener datos actualizados, algo que dificulta que el asistente de velocidad funcione bien. Ante las imperfecciones del sistema de seguridad, Novella expresa: «que los vehículos lleven esos sensores no significa que el coche vaya solo, sino que avise de peligros de los que el conductor no se ha percatado». El técnico de seguridad de RACE, por su parte, añade que hay que mejorar las infraestructuras y el mantenimiento de las carreteras «para que los sistemas de seguridad puedan funcionar correctamente», ya que estos «leen señales y marcas viales, y si no son detectables no sirven de nada».

Coste para el conductor

Luis Montoro resalta que este paquete de medidas -que incluye el ISA, la frenada de emergencia y el detector de somnolencia, entre otras- de entrada es «muy bueno», pero surgen «muchas dudas» en cuanto a qué pasará cuando los coches lo integren. «Son sistemas muy caros y habría que saber si su incorporación va a repercutir sobre los conductores, ya que los precios de los vehículos encarecerán una barbaridad», resalta el experto.

El catedrático apunta al mantenimiento como otro de los grandes problemas del nuevo paquete de seguridad, puesto que la tecnología hay que mantenerla y revisarla periódicamente. «Mi duda es que ahora mismo el 68% de los conductores llevan mal la presión de los neumáticos (que conlleva un gasto extra de 50 euros por año y conductor) y esto aumenta el riesgo de accidente en caso de reventón o frenada brusca. ¿Si no podemos revisar la presión de los neumáticos, vamos a mantener estas tecnologías en perfecto estado?», reflexiona el experto de la Universitat de València.

El catedrático afirma que el paquete de seguridad que la Unión Europea obligará a instalar a partir de 2022 es «muy complicado», ya que «son tecnologías que requieren formación. No caigamos en el error del optimismo tecnológico».

En cuanto al asistente inteligente que regula la velocidad, Montoro explica que «es peligroso porque como él te avisa te puedes confiar. Y esto lo aplico también al detector de sueño». El experto aclara que para saber si una persona tiene fatiga «hace falta medir su actividad cerebral con electrodos». Sin embargo añade que «con formación es muy fácil: si te pica la cabeza, te mueves mucho del asiento o te vas hacia el centro de la calzada es que tienes fatiga».