Poco antes de la medianoche del Viernes Santo debía partir de la Concatedral de San Nicolás la procesión del Silencio, con la imagen del Cristo de la Buena Muerte, «el Señor de Alicante», que data del siglo XVI, y la única talla de Salzillo de la Semana Santa alicantina, Nuestra Señora de las Angustias, del siglo XVIII. A última hora, la hermandad decidió quedarse en el templo. Realizaron un acto dentro de San Nicolás y saludaron desde la puerta al público congregado fuera.