La imagen se quedó en capilla y no pudo lucir su sobria indumentaria y expresividad en el Encuentro que cada año celebra con el Cristo de la Paz de la hermandad de Benalúa. Tampoco salió a las calles el paso de la Cruz Redentora, de la misma cofradía, que fue el primero de la Semana Santa alicantina portado por mujeres: un sobrecogedor madero con un sudario y una calavera, vacío de imágenes.