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El cáncer de mama más desconocido

Un grupo de mujeres con tumores metastásicos crea una asociación con la que recaudar fondos para la investigación

Nuria, Mari Ángeles, Maite y Esther forman parte de la Asociación de Mujeres con Cáncer Metastásico de Alicante. Álex domínguez

Ocho de cada diez mujeres que sufren cáncer de mama superarán la enfermedad. Esther Sancho, Mari Ángeles Simón, Nuria Bernabeu y Maite Saiz forman parte de ese otro 20% de casos en los que el cáncer se hace metastásico e invade otros órganos vitales. Estas pacientes lamentan que su dolencia queda oculta entre los mensajes de esperanza que en general envuelven al cáncer de mama.

«Nuestro cáncer es completamente distinto, no tiene cura, y la media de esperanza de vida es de cinco años», explica Esther Sancho. Con el objetivo de dar visibilidad a esta enfermedad y conscientes de que la investigación es la gran esperanza, han decidido poner en marcha en la provincia una asociación propia con el objetivo de recaudar fondos que ayuden a buscar una cura. «Colaboramos en lo que podemos», asegura Nuria Bernabeu. «Hacemos pulseras, manualidades, organizamos carreras populares... En los últimos meses hemos recaudado 3.000 euros, que han ido a parar a una cuenta de la asociación a nivel nacional».

Aseguran que sólo el 6% de los fondos dedicados al cáncer de mama se destina a investigar el metastásico. Una dolencia que, según explica el oncólogo Álvaro Rodríguez Lescure afecta al 20% de las pacientes con cáncer de mama. En la mayor parte de los casos, la metástasis aparece en una recaída de la enfermedad y en un 5% en el momento del diagnóstico. En la provincia de Alicante la incidencia del cáncer de mama ronda el centenar de casos por cada 100.000 mujeres, por lo que habría en torno al centenar de pacientes afectadas por cáncer de mama metastásico.

A Mari Ángeles Simón la metástasis le llegó cuatro años después de que le hubieran detectado un primer cáncer de mama que había superado. Tiene afectada la cadera y varias vértebras. «Los médicos me dijeron que en tres años acabaría en una silla de ruedas». De eso hace seis. «El médico se hace cruces y yo creo que es porque soy muy positiva».

Otro de los motivos que ha llevado a estas mujeres a unirse es la escasa representación que aseguran sienten en las asociaciones tradicionales de cáncer de mama. «Las demás mujeres se van curando y tú no. Te sientes estancada, ni siquiera puedes planificar viajes porque no sabes cómo vas a encontrarte», señala Esther Sancho. Con 41 años, el cáncer de Sancho es uno de los más agresivos, triple negativo con metástasis en huesos, pulmones, hígado y páncreas. El último tratamiento de quimioterapia ha logrado que el cáncer esté en remisión. «En las pruebas que me hacen no se ven células cancerígenas, pero no significa que esté curada».

Uno de los proyectos con los que a nivel nacional colabora la asociación es el denominado «Cronos-Hope». Uno de sus objetivos «es el genotipado de las lesiones metastásicas para la aplicación de tratamientos personalizados», explica Nuria Bernabeu. Con 42 años le diagnosticaron el cáncer en marzo de 2018, «cuando comencé a ver doble». Dos años antes se había notado un bulto en el pecho, «pero en las ecografías salía todo bien». En su caso, la metástasis afecta a la pelvis, a tres vértebras y al esfenoide, un hueso situado en la base del cráneo. A los efectos secundarios de los tratamientos se suma, a su juicio, «la carga psicológica que supone llevar esta enfermedad teniendo niños pequeños».

En el caso de Maite Saiz la alerta saltó en noviembre de 2017, cuando después de un día de mucho estrés en el trabajo no se pudo levantar, «lo que en un principio achacaron los médicos a un lumbago». Pruebas posteriores revelaron que tenía un cáncer de mama con metástasis de huesos.

Al margen de la investigación, estas mujeres creen que son necesarios otro tipo de recursos, como el de psicólogos en los hospitales.

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