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El monte no quiere vallas

Las obras en la ladera del Tossal para conectar la zona con Campoamor finalizaron hace dos meses, pero la zona sigue cerrada

Un hombre pasea con su perro por uno de los senderos. pilar cortés

No se pueden poner puertas al campo... ni vallas. Las obras en la ladera del Monte Tossal, enfrente del Rico Pérez y junto al centro de metadona de Cruz Roja, para conectar esta área degradada con Campoamor y recuperar un pulmón verde en la ciudad han finalizado hace dos meses. No obstante, el Ayuntamiento todavía mantiene vallada la zona para que arraiguen las plantas arbustivas que se plantaron, según informan fuentes municipales.

¿Qué sucede? Que los vecinos se han cansado de esperar y han optado por «inaugurar» este nuevo espacio, una vez han comprobado que no hay maquinaria y las obras han tocado a su fin. Han tirado por el camino de en medio y o bien han tirado las verjas al suelo o bien se han colado entre ellas.

Así, desde hace un par de semanas es habitual ver a residentes de la zona pasear con sus mascotas por los senderos o a gente que ya utiliza los caminos como atajo para ir de San Blas a Campoamor y de allí otros barrios. Es el caso de Juan y Marcos, dos jóvenes estudiantes del instituto Jorge Juan: «Vivimos cerca del ADDA y viniendo por aquí acortamos para llegar a casa, y como vimos que ya habían acabado las obras y que otras personas entraban por entre las vallas, hicimos lo mismo».

«Ya debería estar abierto»

O el de Carlos, que no entiende porqué no quitan el cercado. «Ha quedado todo muy bonito, pero ya deberían haberlo abierto, un día decidí probar y me colé entre las dos rojas, y resulta que ya había gente; luego incluso tiraron al suelo una que hay junto al centro de metadona, y ya lo utilizan más personas», afirma.

El Ayuntamiento, por su parte, sostiene que las plantas empiezan a crecer, pero los técnicos «siempre aconsejan que, cuanto más tiempo se deje cerrado, mejor porque así se consolidan y crecen». De hecho, defiende que se han dado «ya muchos casos que se abre un espacio recién ajardinado y desaparecen la mitad de las plantas porque se las llevan de tirón». Las mismas fuentes afirman que está previsto que las vallas se retiren a final de mes.

La iniciativa medioambiental, con una inversión de 325.000 euros, ha consistido en la construcción en un área de 35.000 metros cuadrados de senderos con tres grados de dificultad que evitan a los vecinos dar un rodeo para llegar al estadio Rico Pérez y las pistas del antiguo hipódromo y conectan Carolinas y San Blas.

El nuevo espacio cuenta con arbolado y monte bajo de especies arbustivas mediterráneas como romero y tomillo en las zonas actualmente deterioradas, así como la conservación de la masa boscosa existente. Los trabajos han incluido la consolidación de algunas laderas con mallas vegetales para reducir los efectos de la erosión por las escorrentías en episodios de fuertes lluvias.

En definitiva, una zona para uso y disfrute de los ciudadanos, que no han podido esperar a final de mes para su apertura.

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