Con solo 14 años, ingresó en la hermandad de Santa Cruz. Ahora tiene 72 años y compagina la doble función de llevar las cuentas de la hermandad y la mayordomía, poniendo orden en una procesión complicada por la orografía del Casco Antiguo.

n P ¿Cómo están las cuentas de una hermandad tan grande?

R Falta dinero porque los gastos cada año son más elevados, cada vez vienen más bandas de música (este año se incorpora la agrupación Nuestra Señora de las Lamentaciones de Jumilla), más gastos en flores, más en cirios y vamos justos.

P ¿Qué presupuesto tienen?

R En Santa Cruz hay unas 1.075 personas que pagan cuota. En los últimos diez años eran 25 euros pero en este hemos subido a 30 euros, porque se han comprado varas de mando que costaban bastante dinero y no llegábamos a cubrir el presupuesto. Somos bastante gente pero cada año todo vale más. Tenemos cinco bandas de música, que nos cuestan 8.000 euros; y las flores 7.400 euros, e incluso más algunos años. Solo esas dos partidas se llevan el 70% del presupuesto, que es más o menos de 35.000 euros. Estamos yendo a los colegios del Casco Antiguo para que nos conozcan.

P¿Y qué destaca de su función de mayordomo?

R Es un barrio complicado. Va mucha gente, manolas, autoridades, bandas de música y las calles son muy estrechas. Lo intentamos hacer lo mejor que podemos. Las escaleras de la calle San Rafael son las más pronunciadas. Los costaleros se tienen que pegar contra la pared y van tan justos que la madera del Cristo toca los balcones. A la vuelta se sube corriendo para acabar antes por el cansancio. Antes no había nadie pero ahora viene gente a animar y se ha complicado.