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Escolares al rescate de los pingüinos de la Antártida

Niños del colegio La Aneja apadrinan aves en una iniciativa simbólica del Ejército de Tierra para concienciar sobre el respeto al medio ambiente. Los pequeños les ponen nombre y reciben un diploma con la foto

Alumnos de Infantil y Primaria que han participado en la iniciativa del Ejército. v.m.

Copito de nieve, Sara, botella de agua, arcoíris chuche, arcoíris purpurina,... No son unos personajes de dibujos animados, son los nombres de los pingüinos que niños de 5, 6 y 7 años del colegio La Aneja de Alicante han apadrinado en una campaña de concienciación sobre el medio ambiente.

Las profesoras de Infantil 5 años y 1º de Primaria tuvieron conocimiento de la iniciativa del Ejército de Tierra en la Antártida y, aprovechando que estaban dando el tema de los animales en clase, vieron que era una buena manera de enlazarlo. «Siempre tratamos en el colegio los animales en peligro de extinción, el ecosistema y la importancia de cuidar el medio ambiente, pero tener un pingüino apadrinado al que hemos de ayudar es un compromiso real y muy importante para los pequeños», afirma Mónica Valero, impulsora de la iniciativa junto con Águeda Espinosa y Vero Moliner.

La campaña del Ejército ha conseguido en los dos meses de duración que 131.017 pingüinos tengan padrinos en muchos puntos de España, de los que una pequeña parte está en La Aneja.

El nombre lo eligieron los propios pequeños en clase, que recibieron el diploma de apadrinamiento con la foto de su pingüino. «Les ha hecho mucha ilusión, están muy concienciados con el medio ambiente, la tarea de cuidar el planeta y el daño que hacen los plásticos, a lo que se suma que es un acto simbólico», asegura Moliner, profesora de Infantil.

Por su parte, el teniente coronel de Infantería Jesús Leal, encargado de Comunicación de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra, explica que se trata de un apadrinamiento gratuito destinado a concienciar sobre el respeto al medio ambiente y los animales por el que uno se compromete a «esforzarse todo lo posible en preservar el planeta, se trata de una colaboración trascendente, pero simbólica».

Año tras año, desde hace una década, y a modo testimonial, se lanza esta campaña, que se inicia con la llegada de la dotación a la Base «Gabriel de Castilla» en la Antártida y se cierra con el regreso a España.

En Isla Decepción, en el confín del mundo, existen principalmente tres colonias de pingüinos, cada una de las cuales cuenta con unas 150.000 parejas. La Antártida es un lugar para hacer ciencia y, por lo tanto, «debemos interferir lo menos posible en la vida de la flora y fauna autóctona, incluyendo los pingüinos», sostiene el teniente.

Hay una normas muy estrictas, entre ellas respetar no acercarse a menos de cinco metros de los pingüinos, excepto para los investigadores encargados de su estudio, ya que lo importante es no alterar su curso natural.

El teniente destaca que la iniciativa tiene un componente solidario, ya que el Ejército se sumó a la Asociación Española de la lucha Contra el Cáncer (AECC) en el reto «5.000 pingüinos contra el cáncer», de modo que el 100% del dinero recaudado se entrega al colectivo para colaborar en la investigación de la enfermedad. En total, se han conseguido 8.951 euros de 555 aportaciones.

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