«No podemos dejar que los alumnos pierdan el curso porque el sistema no esté bien organizado», «vamos poniendo parches», «intentamos cubrir las horas de Valenciano con otros departamentos, pero siguen faltando horas por cubrir», o «se hace lo que se puede para que la repercusión sea la mínima posible para los alumnos», son reflexiones recogidas ayer por INFORMACIÓN entre algunos de los directores de los institutos de Secundaria en los que faltan profesores de Valenciano, en más de un caso desde hace ya tres meses. Ante la falta urgente de soluciones por parte de Educación, a dos meses de acabar el curso, algunos responsables de centros temen que el curso para estos alumnos esté perdido.
La asignatura de Valenciano cuenta, y no poco, en las próximas pruebas de acceso a la Universidad porque figura entre los exámenes obligatorios de la primera fase de las pruebas, junto a la Lengua y Literatura, Matemáticas e Historia. Los estudiantes se juegan incluso por décimas, con la calificación que obtengan, la posibilidad de acceder a la carrera elegida.
En alguno de los institutos afectados, que tampoco han logrado cubrir las bajas docentes de Valenciano en la última convocatoria ordinaria celebrada este martes, las bajas de profesores por cubrir se han cebado con los alumnos desde los primeros compases del curso en más de una especialidad.
En concreto, en el Instituto Virgen del Remedio de Alicante, a la falta de los especialistas de intérpretes de lenguas que Educación tardó en asignar este curso, se sumó la del profesor de Matemáticas, de los que también adolecía inicialmente la Conselleria de Educación, porque al igual que los de Valenciano se desactivaron de forma masiva de la bolsa de empleo para prepararse las oposiciones docentes que se celebran desde el próximo 26 de junio.
La falta de profesores de Matemáticas la solventó la conselleria actualizando la bolsa laboral de esta asignatura, pero la tardanza que ha sufrido para este mismo procedimiento la nueva bolsa de Valenciano, ha provocado que los nuevos integrantes se hayan desactivado también en su práctica totalidad, ante la inminencia de las citadas oposiciones, por lo que la bolsa no resulta efectiva.
Esta crítica situación y la generación de otras dos bajas de profesores de Valenciano en el IES Virgen del Remedio, -desde el pasado mes de enero-, ha llevado finalmente a los padres de alumnos de este instituto a dirigir una queja formal ante el Síndic de Greuges.
«Desde principios de enero no se han cubierto dos plazas de Valenciano, hecho que ha obligado a la dirección del centro a disolver un grupo especial del aula compartida, para que la profesora de Valenciano encargada de este grupo pudiera dedicarse a cubrir las horas de Valenciano que la Conselleria de Educación no cubre a pesar de ser su responsabilidad», señala el presidente de la AMPA como representante de los padres en su queja ante el Síndic.
Recuerdan al Defensor de la Comunidad que la situación en la que se encuentran sus hijos «no es un hecho aislado, dado que desde el inicio del curso se han producido las mismas incidencias tanto con personal docente como no docente», en referencia a los intérpretes de signos y al profesor de Matemáticas.
Desde la vicedirección del instituto admiten que se han intentado cubrir las horas de Valenciano con docentes de otros departamentos, incluso entre los que imparten ciclos de FP, pero que aún así se quedan horas lectivas sin posibilidad de cubrirlas y los alumnos no avanzan temario.
En el Instituto número 1 Libertas de Torrevieja también sufren la falta de un profesor de Valenciano desde Navidad. El director, Jorge Bañón, concreta que no se pueden hacer los desdobles para el refuerzo educativo de alumnos que lo necesitan, y que la redistribución forzosa de profesorado deja cojas también horas de enseñanza. En Los Montesinos llevan tres semanas creyendo que se incorpora la profesora de baja; en el de Redován lamentan a su vez que los interinos se hayan desactivado de la bolsa; y los de Elche, Severo Ochoa y Nit de l'Albà, critican que los alumnos pierden temario y que solo a base de buena voluntad se van «poniendo parches», como concluye María José Carrillo de este último centro.
