El antiguo tanatorio de la calle Bailén 23, que lleva cerrado y sin actividad más de una década, se convertirá en un edificio de apartamentos turísticos. A los inversores que compraron la que fuera funeraria del grupo ASV en pleno centro de Alicante, a espaldas de la Rambla, les pareció curioso el uso que tuvo el inmueble (que desconocían ya que vienen de fuera de la ciudad) pero no le ven mayor problema y consideran que puede ser, incluso, un reclamo, como sucede con negocios similares en Estados Unidos.
Daniel Elman, uno de los empresarios que está detrás de la firma que ha comprado el antiguo tanatorio, Myflats, afirma que lo importante es dar uso y vida a edificios abandonados como éste para que tengan valor y no acaben en ruinas. «Una vez que los apartamentos estén funcionando, nadie se va a acordar de lo que había ahí. Ese inmueble se iba a quedar muerto porque no se le podía volver a dar el uso que tenía. Es más una cosa sentimental, pero no da 'yuyu'», señala. Un pasado, el de funeraria, que tampoco ocultarán a sus clientes si alguno se interesa por ese detalle.
El bloque, de seis plantas, será rehabilitado por completo, tanto su interior como la fachada. La reja exterior que estaba destinada a un jardín vertical que nunca existió será retirada. El Ayuntamiento lo considera una modificación de la fachada y obliga a los propietarios a que el aspecto esté en consonancia con el edificio anexo, sede del Colegio Notarial, y con el entorno.
El interior ya ha sido demolido por completo. El grupo inversor está a la espera de la licencia de obra mayor para poder construir los apartamentos turísticos, que serán 19, y rehabilitar la fachada. En la planta superior habrá una piscina. Los permisos fueron solicitados al Ayuntamiento hace casi un año y siguen esperando. Los empresarios reclaman a la administración local que los acelere. «Compramos inmuebles completos abandonados o en ruinas, y los rehabilitamos para la actividad turística. Estamos mejorando la calidad de la ciudad», insiste Elman. Su socio, Manuel Blanco, indica que la obra mayor se iniciará nada más tener la licencia, que esperan sea inminente, para poder abrir los pisos al turismo a finales de este año.
La misma empresa rehabilitará el edificio contiguo de Bailén 21, donde estuvo la tienda Flor i Fulles, y que en una época acogió okupas. Otros inversores han adquirido el inmueble anterior, Bailén 19, también para pisos vacacionales.
El comercio de la zona valora positivamente el desembarco de apartamentos turísticos porque representará un mayor consumo en sus locales. «El no verlos cerrados y que desaparezca algo tan duro como un tanatorio es positivo. Darán a la zona un buen tirón», estima Vicente Armengol, presidente de Corazón de Alicante. Por parte de los vecinos hay más dudas debido a las quejas de la mayoría de comunidades donde hay pisos turísticos por el ruido y la suciedad, aunque Alcázar Moreno, que preside la asociación del Centro Tradicional, destaca que los bloques enteros frenan la instalación de otros negocios más molestos como las discotecas.
Más de 30 edificios vacíos recuperados como alojamientos
Distintos grupos inversores se han fijado en Alicante al interesarse por la rehabilitación de edificios abandonados para transformar bloques enteros en apartamentos turísticos. Así lo afirma la Asociación de Empresas Gestoras de Bloques y Viviendas Turísticas, con la que cada vez contactan más empresarios que quieren implantar este tipo de actividad. La entidad ha censado más de una treintena de edificios restaurados con este fin en el centro tradicional y la demanda crece en lo que va de año.
La clave
Ausencia de un marco legislativo común
La Asociación de Empresas Gestoras de Bloques y Viviendas Turísticas se encuentra con que cada ayuntamiento regula la actividad de forma distinta y pide a la Generalitat que unifique creando un marco legal común.
