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Las palomas más descaradas

La proliferación de aves en la Explanada causa molestias a los locales de hostelería, ya que se lanzan a por la comida incluso con los clientes sentados en la mesa

Una clienta de uno de los negocios afectados lanza agua con un spray a una paloma que trata de subir a su mesa. RAFA ARJONES

Las palomas se hacen fuertes en la Explanada. Clientes y propietarios de bares y restaurantes del emblemático paseo alicantino sufren a diario las molestias que generan estos pájaros, cuyo número ha ido en aumento en los últimos meses. Son más y parecen no tenerle miedo a nada cuando hay comida de por medio. «Se suben a las mesas y mientras la gente está comiendo pican de los platos. El otro día una salió volando y derramó una cerveza sobre una clienta, que se molestó bastante», lamentan desde uno de los restaurantes más afectados.

Las palomas se posan en los toldos de las terrazas y en las farolas y permanecen al acecho hasta que ven aparecer la comida. También aguardan el momento en el que los comensales pagan la cuenta y se levantan de la mesa dejando algo en el plato. «No te puedes descuidar un segundo y dejar restos de comida encima de la mesa, porque se lanzan en bandada a cogerlo», explica otro empresario afectado.

Insalubridad

A las molestias que generan por su voraz apetito, se unen los riesgos sanitarios que traen aparejadas estas aves que no tienen ningún tipo de control sanitario. Los dueños de los negocios advierten de que estos animales pueden estar enfermos y tener parásitos, por lo que no es conveniente que estén en zonas donde hay alimentos.

Otro problema es la suciedad que generan. Los toldos de la Explanada están llenos de excrementosexcrementos y en alguna ocasión han llegado a manchar también la ropa de los clientes, lo que está afectando a los negocios. «En un par de ocasiones me he encontrado con que la gente no se ha querido sentar al ver tanta paloma alrededor», señala el responsable de uno de los locales.

Otro de los empresarios lamenta que en reiteradas ocasiones se ha quejado al Ayuntamiento de la situación y que la contestación ha sido que estén vigilantes para que no queden restos de comida en las mesas. Asegura que ponen todo lo que está en su mano para que no haya restos de comida en las mesas y que por la noche desmontan por completo la terraza y la limpian. Sin embargo, asegura que en pocas horas las palomas lo ensucian de nuevo todo, lo que genera quejas entre la clientela.

En algunos de estos establecimientos se han visto obligados a agudizar el ingenio y a tomar medidas originales para mantener a las palomas a raya, por ejemplo, dejando en la mesa sprays de agua para que los clientes ahuyenten a los molestos animales. No obstante, los hosteleros reconocen que los animales se acostumbran a todo y que ya no saben cómo ingeniárselas para mantenerlas alejadas de las terrazas.

Tras recibir varias quejas, desde el área de Sanidad del Ayuntamiento han prometido a los hosteleros que durante el mes de marzo se hará una captura de palomas en la Explanada para evitar la proliferación de ejemplares que se está produciendo en los últimos meses. También que se pondrán en los toldos y farolas elementos para impedir que los pájaros se posen al acecho de la comida.

Los negocios de la Explanada no son los únicos que sufren las embestidas de estos descarados pájaros. En Calvo Sotelo las patatas fritas y los panchitos han desaparecido del bar de la plaza porque las palomas se los llevaban. En su lugar ahora se sirven olivas, un aperitivo que parece no ser del gusto de las palomas... al menos por el momento.

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