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Brotes verdes en el vertedero

Ramas salvajes de eucaliptos crecen en medio del bosque arrasado en la Condomina hace un año

Los nuevos eucaliptos se abren camino entre los troncos sesgados a ras de suelo y entre la maleza descontrolada. j. m. caturla

De bosque de eucaliptos a vertedero ilegal, pasando por montañas de troncos secos y leña abandonada que podría arder con una facilidad tremenda. El pequeño pulmón verde de la Condomina, que se destruyó casi por completo hace un año, ahora va camino de la desaparición total. Lejos de restituirse la situación anterior a la tala salvaje, detectada como mínimo en tres ocasiones, algo que el Ayuntamiento de Alicante iba a reclamar al propietario del terreno, la zona va camino de convertirse en un paraje natural completamente degradado, donde se vierten residuos contaminantes de toda clase, incluidos plásticos, neumáticos y restos de vehículos abandonados.

Tan solo, la aparición de nuevos brotes de eucaliptos, que han crecido de forma natural y espontánea entre la maleza y los restos de basura, aportan algo de color verde al terreno. De todos modo, estas ramas no se pueden considerar como ninguna reforestación realizada por la mano del hombre, ya que las mismas semillas de eucaliptos esparcidas por la zona con la maquinaria empleada en la tala han crecido sin control allá donde han podido. El eucalipto es un árbol de crecimiento muy rápido, que si las condiciones le son favorables, en tan sólo un año puede elevarse más de un metro. Justo lo que ha pasado aquí.

El peligro para esos nuevos brotes son todo lo que le rodean a jóvenes árboles, como los troncos cortados y apilados hace un año, que ahora están completamente secos. Es decir, son un perfecto polvorín para que el fuego se adueñe de esta masa arbórea, que llevaba más de medio siglo dando sombra al Camino de l'Horta, próximo a dos de las torres defensivas de la huerta alicantina, la Torre Conde y, sobre todo, a Torre de Reixes.

Degradación constante

Este nuevo aspecto de abandono y degradación incrementa los temores de vecinos de la zona, que siguen insistiendo que pese a las tres paralizaciones realizadas el año pasado por la Policía Local, «el bosque desaparecerá por completo por intereses urbanísticos. Si no es cortando los eucaliptos será prendiéndoles fuego», asegura un residente de la zona. La desconfianza de los vecinos es muy grande a pesar de que el Ayuntamiento de Alicante asegura que se trata de un suelo rústico no urbanizable, pero la insistencia con el corte masivo de estos árboles, les hace dudar de «posibles intereses especulativos».

Estos eucaliptos pertenecen a una especie no protegida pero que sí son muy apreciados por las personas que pasean por la zona, de tránsito constante para rutas ciclistas y a pie entre las Torres de la Huerta, como por las especies de aves que anidan en ellos.

El hecho es que desde la Concejalía de Urbanismo se aseguró que el propietario «tendrá que restablecer la situación anterior, plantando otros árboles iguales o similares». Lejos de reestablecer la situación, las montañas de trocos apilados, y los restos de y ramas sesgadas secas siguen como se dejaron en marzo de 2018, con la única diferencia de que ahora están rodeados de escombros y suciedad que alguien ha transportado hasta allí exprofeso.

El primer episodio ocurrió a primeros de marzo de 2018, cuando varios operarios acabaron con centenares de ejemplares, aproximadamente un tercio de los existentes. Entonces la Policía Local y Medio Ambiente paralizaron los trabajos tras comprobar que el propietario solo disponía de un permiso para podar las ramas que caían hacia la carretera y podían suponer un peligro para la circulación, cuando era evidente que estaban arrasando árboles de la parte interior de la parcela. En el segundo y en el tercer intento utilizaron motosierras en lugar de maquinaria, pero la tala continuó. Y meses después, los brotes verdes no ocultan la devastación.

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