El aeropuerto de Alicante-Elche acogió a última hora de la tarde de ayer el aterrizaje de un Boeing 737-8 MAX que realizaba la ruta Banjul (Gambia) y Bruselas y tuvo que ser desviado a Alicante tras entrar en vigor la orden de la Agencia Europea de Seguridad Aérea de prohibir volar a este modelo de avión, el mismo que provocó el domingo la tragedia del vuelo de Ethiopian Airlines. El avión había despegado de Banjul, hizo escala en Espargos (Cabo Verde) y tenía previsto aterrizar en Bruselas a las 21.30 horas de anoche. La prohibición de sobrevolar espacio aéreo europeo acabó con el avión en Alicante. Norwegian cuenta con seis aviones de este modelo pero no operan en Alicante y ahora están en sus bases sin volar.

El avión, de la compañía Tuifly permanece retenido en el aeropuerto a la espera que reciba la orden de despegar sin pasajeros. Estos han sido recolocados en los otros vuelos que enlazan Alicante con Bruselas. Por otro lado, Aena ha confirmado que en el aeropuerto las compañía no operan con este modelo de avión, aunque Norwegian cuenta con seis aparatos.

La Agencia Europea de Seguridad Aérea prohibió ayer por la tarde el vuelo y el sobrevuelo de aeronaves modelo Boeing 737-8 MAX y 737-9 MAX en la Unión Europea. Lo hace para garantizar la seguridad de los pasajeros tras el trágico accidente del vuelo ET302 de Ethiopian Airlines en el Boeing 737 MAX 8. Las autoridades españolas, a través del Ministerio de Fomento, han comprobado que ninguna compañía nacional utilizaba este modelo de aeronave.

Al efecto, como medida de precaución, EASA ha publicado una directiva de aeronavegabilidad, efectiva desde las 20 horas ayer que suspende todas las operaciones de vuelo de todos los aviones Boeing, modelo 737-8 MAX y 737-9 MAX en Europa.

Además, EASA ha publicado también una directiva de segurida que suspende todos los vuelos comerciales realizados por operadores de terceros países dentro o fuera de la UE de los modelos mencionados anteriormente.

La investigación del accidente en Etiopía corre a cargo de las autoridades de ese país con el apoyo de la Junta Nacional de Seguridad de Transporte de Estados Unidos, ya que el avión fue diseñado y construido en este país. EASA ha ofrecido su ayuda para la colaboración en la investigación del accidente.

EASA está analizando continuamente los datos a medida que se tienen disponibles, ya que la investigación del accidente está actualmente en curso y es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre la causa del accidente.

El cierre del espacio aéreo europeo a las aeronaves del modelo Boeing 737-8 MAX y 737-9 MAX, y por consiguiente su prohibición también en España, es una "medida preventiva" que se mantendrá hasta que "se esclarezcan los motivos" que provocaron el accidente del avión del mismo modelo de Ethiopian Airlines, ha afirmado este miércoles la directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), Isabel Maestre.

En una entrevista en RNE, recogida por Europa Press, Maestre ha confirmado que la prohibición al sobrevuelo del Boeing 737 MAX en principio no tiene un gran impacto en España pues solo un 0,2% de los aviones que aterrizaron en nuestro país en 2018 correspondieron a este modelo, porcentaje que se explica por su uso por compañías extranjeras, ya que actualmente no hay compañías aéreas que cuenten con este modelo en su flota.

Maestre ha recordado que como medida de precaución, la Agencia Europea de Seguridad Aérea ha emitido una directiva de aeronavegabilidad, efectiva en España desde las 20 horas de ayer, que suspende todas las operaciones del citado modelo de avión en el espacio aéreo español y en el resto de los países de la Unión Europea (UE) y que se han tomado "todas las medidas para que esto sea así".

La directora de la AESA ha indicado que una vez se esclarezcan las causas del accidente se tomará la decisión de o bien retirar la medida de suspensión que se ha tomado como precaución por ya no ser necesaria o implementar otras medidas en cada caso.

Cuestionada por si estas decisiones competen solo a las autoridades españolas, Maestre ha explicado que efectivamente las autoridades europeas son competentes pues son ellas las que certificaron el modelo de avión, sin embargo "España puede tomar medidas unilaterales porque es soberana en su espacio aéreo".

No obstante, Maestre se ha mostrado partidaria de que las medidas se tomen de forma global, pues un avión que despega de España en media hora puede estar fuera del espacio aéreo español. "Las medidas de seguridad de la avión se deben tomar en zonas geográficas amplias. No sirven de nada medidas locales si tu vecino no las toma pues tienes un problema de seguridad, lo suyo es tomar medidas a nivel europeo y trabajar por la seguridad de todos los pasajeros no solo los locales", ha defendido.

Las autoridades españolas, a través del Ministerio de Fomento, comprobaron en el día de ayer que ninguna compañía nacional utilizaba este modelo de avión --aunque Air Europa ha encargado 20 unidades-- y mantuvieron un contacto permanente con la EASA para coordinar una posición al respecto. Entre las grandes compañías extranjeras que operan en España, Ryanair también ha encargado el modelo y Norwegian los ha dejado en tierra.

La agencia europea de seguridad ha publicado además una directiva de seguridad que suspende todos los vuelos comerciales realizados por operadores de terceros países dentro o fuera de la UE con los 737 MAX. "Es una medida que se toma a nivel europeo y que nosotros compartimos", ha indicado Maestre.

Finalmente, preguntada por si los nuevos aviones son tan sofisticados que pueden resultar menos seguros, Maestre ha recalcado que el transporte aéreo es el "más seguro" justamente por la automatización, que ha permitido tener aparatos cada vez "más eficaces y eficientes".

"Indudablemente en este proceso puede haber algún momento elementos que tenemos que rectificar como es el caso actual, pero la evolución de la seguridad en la aviación viene directamente ligada a una mayor automatización de los aviones", ha asegurado.

El veto a volar con este avión ha provocado que haya Boeing perdido en Bolsa en dos días 23.600 millones de dólares (20.902 millones de euros) en una grave crisis por las dudas de la fiabilidad del avión. El constructor estadounidense, que está colaborando con la investigación, reiteró ayer su "plena confianza" en la seguridad del 737 MAX, y reafirmó su compromiso con los operadores con la información disponible para "tener confianza en la operación de sus flotas".