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Músicas valientes en las bandas de Alicante

«Cuando se contrata a una trombonista, la pregunta es si está buena»

La primera directora de la banda de la provincia. Después de trabajar en la escuela de educandos de la Banda de Benferri, Carmen Alfonso fue la primera mujer en dirigir una banda de música en Alicante.

Cuando Carmen Alfonso recibió la propuesta no se lo podía creer. Era el año 1990 y, por primera vez en toda la provincia, la batuta de una banda de música estaba a punto de colgar de las manos de una mujer. Alfonso aceptó el reto y se subió dispuesta a la tarima, pero lo que le vino después no fue fácil. Su conocimiento musical le permitía dirigir a la agrupación sin problemas. Sin embargo, a algunos músicos no les cabía en la cabeza que no fuera un hombre quien llevara los compases. «Mis compañeros se reían de mí; decían que no podía ser directora, que qué me había pensado yo. Incluso tocaban notas que no eran para que sonara mal y pareciera que no sabía dirigir», cuenta la músico alicantina.

Como en otros aspectos de la sociedad, el papel de la mujer no ha sido el más aventajado en las bandas, las agrupaciones que inundan la provincia de Alicante y el resto de rincones de la Comunidad Valenciana, siendo más de mil en su totalidad. Estas cifras las arroja la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV), la misma institución que inauguró la pasada semana, junto a la Asociación cultural de amigos de la música y la danza de Orihuela, la exposición «Mujeres pioneras en las bandas valencianas» que tiene el objetivo de visibilizar el papel de las directoras, compositoras, profesoras e intérpretes que han sido silenciadas a lo largo del tiempo.

«Además de la exposición, propuse otras iniciativas donde tuviéramos visibilidad y representáramos a la mujer desde los distintos campos de la música», explica Alfonso. Y eso mismo hizo.

Manoli Aracil y Julia Fernández, impulsoras de la exposición fotográfica; María Olmo, miembro de la junta directiva de la FSMCV; Carlota Pacheco, presidenta de la banda de Benferri; Carmen Campos, soprano solista en el coro de la Comunidad de Madrid; Angeles Ibarra, profesora de música; y Nieves González, concertista y titulada superior en trompa, se reunieron el pasado martes y compartieron sus experiencias en distintos puestos de las formaciones musicales.

Todas ellas contaron episodios crudos en sus trayectorias, con ejemplos y situaciones típicas concretas, como el clásico momento en el que te asignan un instrumento cuando te inicias en la música, en el que a las niñas se les presentaba de forma habitual un clarinete pero nunca un trombón. «A varias compañeras no les dieron la oportunidad de tocar en la familia de metal o la percusión porque en aquella época no lo veían apropiado para 'una señorita'», apunta Nieves González.

El testimonio de González, que empezó su recorrido tiempo más tarde del primer concierto dirigido por Alfonso, también ha sonado esta semana en Orihuela. En sus 22 años de experiencia en el entorno musical, son varias las situaciones machistas que ha vivido y vive. «Hay quienes me preguntan si chupo (la boquilla) siempre antes de tocar o si quisiera dejarme la trompa 'para tocar su trombón'», apunta la músico.

«También he tenido que pasar por momentos en los que han intentado hacerme sentir débil o incapaz de defender un papel que se creían que solo ellos podían defender. A veces, automáticamente, nos ponían las melodías más sencillas dando por hecho que nuestra habilidad era menor», critica González en base a su experiencia. «Cuando estudié en el conservatorio apareció la primera mujer directora de orquesta y algunos compañeros no se creyeron que fuera a dirigir ella», añade.

Alfonso se muestra esperanzada y cuenta que las mujeres tienen ahora la piedra en su tejado. «Ahora ya depende de nosotras más que de ellos, hay mucha más representación pero seguimos sin creérnoslo lo suficiente», señala. No obstante, tampoco se resiste a la crítica actual: «El mundo de las bandas es muy machista y el hombre sigue teniendo más presencia».

«Cuando una banda cuenta que va contratar a un trombonista, se pregunta si toca bien; cuando contrata a una trombonista, la pregunta es si está buena», explica organizadora. Del mismo modo, Alfonso cuenta que no está bien visto cuando una mujer se va de pueblo en pueblo a tocar con grupos más pequeños. «La gente todavía piensa: ¿'ésta no tiene nada mejor que hacer que irse con estos'?».

Y a la vista está que sí, que tiene mucho más que hacer mientras no se le vea igual que al hombre. Y por suerte, como señala Nieves González, también cuentan con el apoyo de muchos hombres que les admiran como personas que presiden, dirigen e interpretan.

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