Los disfraces más originales rompieron al ritmo de la música en una Rambla donde encontrar a Wally nunca había sido tan fácil. Miles de personas se reunieron ayer en Alicante para celebrar el Carnaval 2019. Dos escenarios, animadores, una orquesta, las vestimentas más atrevidas y muchas ganas de fiesta.

El primer turno de celebración carnavalesca fue para los más pequeños, que se concentraron frente a la tarima situada junto al Portal de Elche cantando y bailando de la mano de Dance Club.

Sevillanas, detectives, vaqueras, brujas, magas... «Buscamos todos a un superman y le damos un abrazo», pidió uno de los animadores al público infantil. «Ahora vamos a abrazar a alguien que esté calvo. Y si podemos le sacamos brillo», añadió poco después. A algunos niños les costó dar con la alopecia mientras que muchos otros, subidos a coscoletas, amargaron la tarde a sus padres.

Cientos de menores disfrutaron desde por la tarde con este dúo, que tuvo especial cuidado en que todo el mundo se sintiera parte de la juerga. «¿Quién va de superhéroe?», preguntaron. «¿Y de superheroína?», apuntaron poco después.

La calzada de la Rambla rebosaba. El número de asistentes era muy alto y las aceras de ambos lados tenían un trasiego constante de gente con tapones de tanto en tanto. Quienes empuñaban un carro de bebé o una silla de rudas no lo tuvieron fácil para moverse por estos carriles. Entre todas las personas que se sumaron al encuentro, algunas destacaron por su gran originalidad.

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Un hombre tiraba bombetas a media altura de la calle junto a su familia. Su cara era una pizza y la de su hijo también. La de su mujer y su hija, la gran diseñadora de la idea, un donuts. «No queríamos lo de siempre. Y, además, preferíamos hacerlo nosotros en casa, no comprarlo», señaló Manuel Alavés, el «padre pizza».

Pocos metros más abajo, un hombre aprovechaba la cita festiva para ahorrarse el dinero de la agencia matrimonial. «Perrito bueno busca dueña cariñosa», anunciaba un cartel colocado sobre el pecho del tipo vestido de can. «Todos los años me disfrazo así», explicó muy honesto junto a una sonrisa.

La jornada infantil, que también reunió a cerca de tres mil personas entre chocolatada, concursos y juegos en la Diputación de Alicante, fue apagándose al tiempo que un segundo escenario, donde actuarían tres DJ's, iba subiendo los decibelios.

Hasta el momento, los adultos esperaban su turno en las esquinas de los bares más cercanos y por las calles y terrazas de Castaños. La llegada de la Orquesta Atenas al escenario situado a la altura del Portal de Elche, cogió a más de uno con la pintura de la cara movida. Aunque la energía no podía desaparecer hasta las cuatro de la madrugada, y pronto una veintena de chicos y chicas en patines, ataviados con curiosas vestimentas, bajaron desde San Blas a todo gas para reforzar la maquinaria.

Algunos se metieron tanto en el papel que creyeron que los carteles de prohibido aparcar, los trajes de gruista y el uniforme de Policía Local eran parte de la ambientación. Pero no. Quienes decidieron dejar su moto en el Portal de Elche dieron trabajo a dos grúas que dejaron bien limpio el tramo.

El Corte Inglés premia los disfraces de los más pequeños de Alicante

El Corte Inglés celebró ayer la final de su XXIX Concurso Infantil de Disfraces en la que participaron 50 niños y niñas de hasta catorce años de edad, a nivel individual y en grupos. El primer premio fue para Vicente Alcaráz e Irene Martín, de tres años de edad; el segundo para Ainara Abad y su vestimenta de «abuelita de Piolín»; y el tercero para Valeria Gómez, de siete años, por su disfraz de «Caballo de Oros». Ibai Navajas y su madre Ainara Fernández ganaron el premio en la categoría familia. El jurado, formado por la Bellea del Foc Aleida González y dos de sus Damas, Sandra Sánchez y Carmen Ortega, decidieron otorgar una mención especial a Irene Polo por su disfraz de «Hada de las flores».