Fin de semana con sol y calor pero "más fresco" de lo que se esperaba a mitad de semana. La Agencia Estatal de Meteorología ha rebajado un poco las expectativas que había para este fin de semana con previsión de máximas de 27 grados y ayer se anunciaba que el mercurio puede subir este sàbado y el domingo hasta los 24/25 grados, más normales en abril y mayo que en el primer fin de semana de marzo. Lo peor, que no hay ni rastro de las necesarias lluvias que, además, ayudarían a reducir la contaminación que se produce en el entorno del Puerto y por el tráfico rodado en varios puntos de la ciudad en ciertas horas del día, las ya famosas partículas PM10. Eso sí, tiempo tranquilo para la noche de Carnaval pero con fresco.

El anticiclón que se ha instalado sobre la provincia prácticamente desde que comenzó el invierno, unido a la entrada de aire cálido desde África, van a posibilitar, por tanto, un anticipo de la primavera, con máximas que podrán alcanzar en las horas centrales del día los 25 grados, sobre todo el próximo domingo.

Lo peor la falta de lluvias en el que es ya el invierno más seco desde 2014, según los datos que maneja el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. No obstante, el buen nivel de reserva de agua que presenta la cabecera del Tajo, en los embalses de Entrepeñas y Buendía, va a permitir que la provincia de Alicante disponga el próximo marzo, de nuevo, del trasvase máximo, 38 hm3 que garantizarán el regadío de los últimos cultivos del invierno y toda la cosecha plantada ya para el próximo verano.

En concreto, en los embalses de Entrepeñas y Buendía hay almacenados 617 hm3 por lo cual se mantiene el nivel 2, que obliga por ley a trasvasar al mes cerca de 40 hm3, según las reglas de explotación del trasvase.

Una situación que contrasta con la sequía que sacude la provincia y que ha hecho ya que este invierno sea el más seco de los últimos cinco años, desde 2014. El cambio climático provoca, según el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, que la coyuntura empiece a no ser extraordinaria, ya que lo dos primeros meses este año (enero y febrero) son cada vez más secos debido al cambio climático que viene «calentando» los inviernos desde el año 2000.

El geógrafo y climatólogo Jorge Olcina explica, en este sentido, que el calentamiento del agua del mar Mediterráneo que se registra en las dos últimas décadas frente a las costas de la Comunidad Valenciana es la manifestación más evidente del cambio climático y el problema más importante.

«El mar es un medio que conserva mucho el calor, que lo acumula. Por lo tanto, que ya se haya manifestado este calentamiento en el Mediterráneo es un serio problema, porque supone que ese calor se transfiere a la atmósfera e impulsa la subida de temperaturas en las zonas próximas a la costa para las próximas décadas», explica Olcina.

Para el catedrático y experto en clima, el calentamiento del agua del Mediterráneo tiene dos consecuencias climáticas directas. Es el responsable del aumento de las noches tropicales en las ciudades de la costa de Alicante, que se han triplicado desde 1980 a la actualidad y también es el causante del aumento que se ha registrado en el número de tormentas intensas, de corta duración, que ocasionan inundaciones en las ciudades de la costa Alicante, Torrevieja, Benidorm, Dénia, Xábia, que ya han notado los efectos de estas tormentas intensas con inundaciones severas.

«En definitiva, para mí, el calentamiento del mar Mediterráneo es el problema principal del proceso de calentamiento térmico que se registra desde 1980. Porque es un proceso de largo plazo, al acumular el calor que se manifestará lenta pero progresivamente en las temperaturas de la fachada litoral mediterránea», aseveró el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad.