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Lápidas para tapar agujeros en los barracones de los enterradores del Cementerio

Los sepultureros y los trabajadores de la limpieza cubren con mármoles el suelo roto de las naves prefabricadas por donde se cuelan los insectos

Los trabajadores de la limpieza y enterradores del Cementerio utilizan una lápida en desuso para tapar los boquetes en el suelo de las casetas donde comen y se cambian. RAFA ARJONES

Cucarachas y pulgas se cuelan por los agujeros en el suelo de los barracones donde almuerzan y se cambian los seis enterradores del Cementerio de Alicante y cuatro trabajadores de la limpieza, quienes se han visto obligados a recurrir a lápidas para cubrir el boquete situado en la zona del vestuario, junto a las duchas, para que no se cuele ni un insecto más. Y para evitar meter el pie y lesionarse.

Estas piezas de mármol son material desechado de las reparaciones en sepulturas y panteones, según aseguran trabajadores y el Sindicato de Empleados Públicos (SEP), que ha comunicado la situación tercermundista de las prefabricadas a la Inspección de Trabajo. Los afectados llevan más de 10 años en estos barracones, que no están climatizados, carecen de aire acondicionado en verano, cuando se alcanzan temperaturas muy elevadas a través de la chapa metálica exterior, además de ser atacados por los mosquitos. Tampoco hay calefacción en invierno.

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«Los enterradores de la contrata que presta servicio en el Cementerio ocupan unas casetas propiedad del Ayuntamiento, que no reúnen las condiciones que indica la normativa. Están hechas polvo, con goteras, los retretes no tienen asiento y la cisterna está rota. Aquello es imposible aclimatarlo, el suelo es inestable, las ventanas no ajustan y es imposible que no entren insectos en un entorno como el Cementerio», explica el delegado del SEP, José Pelegrín.

Los trabajadores se han llevado dos radiadores para calentar la estancia cuando se duchan, «pero la mayor parte estamos resfriados. La zona se encharca y hemos pillado hongos. Nos piden paciencia, que ya se arreglará, pero llevamos años en estas condiciones».

Riesgos laborales

Tras recibir el pasado verano múltiples quejas sobre las altas temperaturas que se alcanzaban en los barracones, el SEP comprobó la situación y denunció el mal estado de las instalaciones en julio al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Ayuntamiento, que en agosto requirió al área de Infraestructuras y Mantenimiento el acondicionamiento de las casetas.

Prevención lo volvió a reiterar el pasado 16 de enero, «sin que hasta la fecha se hayan acometido actuaciones de reparación», según reza en el escrito presentado por el sindicato ante la Inspección de Trabajo. Sí que les llevaron hace dos meses un aparato de aire acondicionado y calefacción, que ha quedado arrinconado.

Hasta hace unos diez años sepultureros y empleados de la limpieza ocupaban una estancia propiedad del Ayuntamiento para disponer de duchas, vestuario y local de descanso. Estaba en la antigua sala de autopsias, lugar que ya no se utilizaba para ese cometido, de donde fueron desalojados para la reparación de unas goteras. «Fueron trasladados a unos barracones con el compromiso de volver a la ubicación inicial una vez fuera reparada la techumbre pero hace ya más de diez años de aquello, la sala se destinó a archivo y los trabajadores permanecen desde hace más de 10 años en los barracones», recoge el sindicato en su escrito dirigido a la Inspección de Trabajo.

«La prioridad en el Cementerio es construir nichos, lo que es normal, pero los trabajadores necesitamos unas instalaciones en condiciones y además hay sitio», explican. La petición es que les instalen unos módulos de obra en la parte nueva del Cementerio o unas prefabricadas en condiciones.

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