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Los excesos de la Gran Vía

Los vecinos de la avenida Xavier Soler denuncian los problemas por el exceso de velocidad

Un coche cruza la avenida Xavier Soler ante la terraza de uno de los bares que proliferan en esta zona de la ciudad. jose navarro

«El aparcamiento en doble fila en Xavier Soler no es el único problema que tiene este tramo de la Gran Vía. Aquí hay la misma impunidad a la hora de permitir los excesos de los coches y los bares». Los vecinos de esta vía de circunvalación urbana interior más utilizada de Alicante, entre la avenida de Dénia y la rotonda del centro comercial, soportan desde hace tiempo los que consideran las «incivilidades» de una zona de ocio, alejada del centro urbano, en plena expansión.

Desde hace 15 años vive en uno de estos edificios Michael J. Gendre-Bach, de origen francés pero que se trasladó a vivir a Alicante en 2003. En la avenida Xavier Soler encontró una zona de la ciudad bien conectada, con comercios próximos, que en unos años fue creciendo hasta convertirse en lo que hoy considera en «la nueva autopista de entrada de Alicante». De hecho, en escasos 600 metros hay abiertos unos 80 negocios, de los que una decena son bares, pubs y restaurantes.

Para este vecino, «nunca se habla de un punto negro por culpa de la velocidad en el tramo entre Jesuitas y la rotonda de Carrefour», especialmente en ese sentido del tráfico, donde los coches superan ampliamente la velocidad máxima permitida en una vía urbana de 50 km/h. «La velocidad de los coches, asegura Michael Gendre-Bach-, es de 80-100 km/h, y de las motos, no hay ninguna que no baje a menos de 100 kilómetros».

Los vecinos aseguran que han alertado a la Policía Local en varias ocasiones, pero «nunca se les ve haciendo controles de velocidad, ni mucho menos colocan medio para frenar dicha velocidad, como reductores en la calzada. En una palabra, una total impunidad».

Botellón y carreras de motos

Botellón y carreras de motosOtro grave problema que sufren los habitantes de esta zona de la ciudad es que la proliferación de bares, todos con amplias terrazas en la acera, está ocasionando graves molestias. «Tenemos el botellón debajo de casa. Hay que soportar los bares abiertos hasta las 3 o 4 de la madrugada, y luego cuando cierran empiezan los conductores que se han bebido con varios cubos de cerveza. Muchas noches hay un concierto de motos, para saber cuál puede hacer más ruido y después, carreras como en el circuito de Jerez», añade este afectado.

Y como siempre pasa en estos casos, luego llegan los problemas de limpieza. «No quiero hablar de la suciedad, con cajas de pizza, vasos, botellas, colillas, etc, sobre la acera», lamenta Michael Gendre.

Mientras tanto, se está a la espera de que el Ayuntamiento de Alicante de una solución a la desaparición del tercer carril. Semanas atrás, a la vista de los resultados que la medida «provisional» de permitir aparcar junto a la acera durante estos últimos tres años, el concejal de Tráfico, José Ramón González, aseguró que ese departamento iba a «revisar la situación», para que «en enero se tomará una decisión».

Además del desaparecido tercer carril, ahora las demandas vecinales se amplian al exceso de velocidad y ruido que invade a diario la avenida Xavier Soler.

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