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Seguridad

Selectividad bajo siete llaves

Los ordenadores desde los que se imprimen los exámenes no podrán estar conectados a internet

Alumnos durante un examen en la Universidad Miguel Hernández de Elche. antonio amorós

La cuenta atrás de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) de 2019, que arrancarán el próximo 4 de junio, ya ha empezado con la licitación por parte de la Conselleria de Educación de la impresión de los 240.000 exámenes de la convocatoria ordinaria de junio y los 160.000 de la extraordinaria de julio. Las preguntas de las 24 asignaturas que entran en la selectividad, de las que los alumnos tienen que acometer cinco exámenes obligatorios más otros cuatro como máximo voluntarios, se imprimirán y custodiarán bajo siete llaves según el estricto protocolo de seguridad que ha diseñado el departamento del conseller Vicent Marzà para evitar filtraciones.

La empresa adjudicataria, la licitación sale a concurso por 59.100 euros IVA incluido, tiene tan solo ocho días hábiles para entregar el material y no se admitirá retraso alguno. El plazo empezará a contar desde la entrega de los originales de los exámenes y los criterios de corrección por parte de la conselleria al adjudicatario.

Durante el proceso de producción e impresión de los exámenes «siempre habrá presente un responsable de la conselleria» en la imprenta, que supervisará todos los trabajos.

Custodia excepcional

El pliego del contrato de las PAU subraya que «la particularidad del objeto de impresión obliga a tomar medidas de custodia excepcionales dentro de los procesos habituales de impresión». Todas estas cautelas, añade el documento, se toman «con la finalidad de evitar que se produzcan filtraciones que causarían grandes perjuicios económicos y de prestigio a la institución responsable de la reproducción de estos exámenes».

La primera medida excepcional a la que obliga el contrato es que la empresa «se comprometa a guardar secreto profesional y máxima seguridad en la gestión de la reproducción de los exámenes». Así, cuando concluya la impresión deberá «eliminar de sus ordenadores» toda la información relativa a la selectividad. Es más, los equipos informáticos que realicen estos trabajos «serán desconectados de los distintos accesos a internet mientras realicen las tareas de preimpresión de los exámenes». Esta cautela está pensada para evitar posibles ataques informáticos o que se transmita la prueba al exterior.

Otra disposición que exige el protocolo es que la empresa contrate «un guardia jurado que custodie los exámenes» durante el tiempo que no esté presente en la imprenta el representante de la conselleria. «Dicho periodo será aproximadamente de 10 días y el guardia deberá estar presente en las instalaciones desde las 19:00 horas y hasta las 9:00 horas del día siguiente, es decir, en los momentos en los que no esté el coordinador (de las PAU), así como todos los fines de semana que dure el proceso, durante las 24 horas al día».

Además, para la manipulación y empaquetado de exámenes, la empresa debe disponer de una habitación o recinto cerrado con llave de una superficie mínima de 100 metros cuadrados (m2). «La puerta debe ser opaca para que desde el exterior no se pueda ver nada y las ventanas deberán estar acondicionadas de forma que impidan la visibilidad desde el exterior», recalca el pliego de prescripciones técnicas con el fin de que nadie pueda fotografiar los exámenes de la PAU desde el exterior.

Veinticinco metros de estanterías

Esta habitación de los exámenes, donde las pruebas se guardarán en estanterías (mínimo 25 metros) y se trabajará «sobre dos mesas de 230 por 120 cm», «al finalizar cada jornada se precintará y no se desprecintará hasta la mañana siguiente en presencia del guarda jurado y del representante de la conselleria», se detalla en el pliego.

Todo el proceso, desde la reproducción de los exámenes, su posterior manipulado y ensobrado, «deberá realizarse en la misma empresa, «no pudiendo salir las pruebas en ningún caso del lugar donde se reproducen».

Al final de los trabajos, la empresa deberá entregar al coordinador de las PAU «todas las imágenes correspondientes al escaneado de las pruebas» grabadas en un CD-Rom o en una memoria USB. A continuación, la imprenta «deberá eliminar los archivos originales de la estación de trabajo desde donde se haya realizado el escaneado de las imágenes». «Se comprobará su eliminación -prosigue- en los directorios empleados así como en las papeleras».

Todos los exámenes se empaquetarán en cajas con diferentes cantidades según las instrucciones de la conselleria. En es te proceso solo podrán participar tres empleados de la empresa y el coordinador de las pruebas. Las cajas se precintarán y se llevarán a la conselleria custodiadas por personal de seguridad contratado por la imprenta.

Además, «todo el material de desecho (pruebas de preimpresión, manos perdidas y planchas)» también se depositará en cajas precintadas que se remitirán igualmente a la Conselleria de Educación.

Las cifras

24.000 Exámenes de Castellano y de Historia de España

Las pruebas de las que más copias se imprimen son las dos troncales generales comunes a todos los alumnos, que son Castellano: Lengua y Literatura II e Historia de España. Para la convocatoria de junio se reproducen 24.000 exámenes de ambas.

500 Pruebas de Alemán e Italiano y 23.400 de Inglés

Todos los alumnos deben examinarse en la Fase Obligatoria del idioma que cursan como primera lengua extranjera. La impresión de exámenes muestran la demanda: Inglés (23.400), Francés (2.100), Alemán (500) e Italiano (500).

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