Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) recogió durante el pasado año un total de 1.719 objetos perdidos por los usuarios de TRAM d'Alacant, entre ellos ordenadores portátiles, tabletas, cascos de moto, sombrillas o paraguas.

Estos datos suponen que se olvidan 5 objetos de media al día y 143 por mes, que son guardados como mínimo un mes en las estaciones donde se custodian y un mes más en el almacén de objetos perdidos de la estación de Luceros.

Transcurrido dicho periodo de tiempo, y si sus dueños no lo han reclamado, se entregan a la Policía Local de Alicante, según un comunicado de la Generalitat.

Los objetos que más aparecen en los trenes y tranvías de Alicante y su área metropolitana son, por orden, carteras y monederos, tarjetas de transporte, llaves, mochilas, documentación (DNI, pasaportes, permiso de conducir, tarjeta sanitaria), teléfonos móviles y paraguas.

Los usuarios también se olvidan de objetos como bicicletas, muletas, bastones, ordenadores portátiles, tablets, maletas, carros de bebé, cascos de moto, recetas e informes médicos, sombrillas y paraguas.

Gracias a los protocolos establecidos por FGV para la gestión y custodia de objetos perdidos, la recuperación de un objeto por parte de su dueño durante el periodo que está registrado en FGV se cifra en un 37,99%.

El porcentaje restante es entregado a la Policía Local de Alicante o trasladado a un punto verde o de reciclaje, si se trata de objetos en evidente estado de desgaste o deterioro.

Las estaciones atendidas con personal de FGV son los puntos de entrega y de recogida por parte de los usuarios en una primera fase, antes de ser trasladados a la sede central en la estación de Luceros.

Transcurrido un mes, los objetos son recogidos y llevados al almacén de objetos perdidos de la estación de Luceros para intentar localizar al dueño, dar de baja para su reciclaje según su estado o bien entregarlos a la Oficina de Objetos Perdidos de Alicante transcurrido otro mes.

Los documentos oficiales (DNI, pasaportes, etcétera), son entregados a la policía en la mayor brevedad para intentar localizar a su propietario y las tarjetas bancarias son destruidas a fin de no ser manipuladas.

El resto de objetos que permitan localizar a su propietario, se realizan seguimientos y pequeñas investigaciones por parte del personal de Atención al Cliente para conseguir entregarlos.