Los servicios de salud vuelven a «suspender» a la hora de contar en sus plantillas con un número suficiente de matronas y matrones para ofrecer la atención y cuidados especializados que requieren las mujeres y criaturas recién nacidas. A tenor de los datos que desprende el estudio del Sindicato de Enfermería Satse «Análisis de la situación de los enfermeros, enfermeras, matronas y fisioterapeutas en los centros sanitarios del país», la media de personas asignadas por cada matrona en la Comunidad Valenciana es de 19.000 pacientes por médico, lo que supone 1,9 matronas por cada 10.000 habitantes, un ratio que se sitúa dentro de la media española (1,8), pero que continua siendo insuficiente. Y es que Satse asegura que la situación óptima sería que cada matrona tuviera que atender a un máximo de 1.100 personas o, en todo caso, no superar las 1.400. El sindicato de enfermería denuncia, así, que las comunidades autónomas siguen sin responder a las necesidades de las mujeres en lo que respecta a su salud sexual, reproductiva y maternal.

Desde Satse se recuerda que las matronas y matrones proporcionan una atención integral a la salud sexual, reproductiva y maternal de la mujer (en su faceta preventiva), así como de atención y recuperación de la salud. Y es que además de asistir el embarazo y posterior parto, también atienden a la mujer en la fase de puerperio (período de recuperación del aparato reproductor tras el nacimiento) y lactancia, así como al recién nacido hasta el día 28 de vida.

La falta de un número suficiente de matronas conlleva, según el sindicato, que estos profesionales no puedan desarrollar todas sus competencias y funciones, tanto en Atención Primaria (AP) como en Especializada, y que van «mucho más allá» de la atención en el embarazo y el parto.

De hecho, la entidad considera «una consecuencia clara de la escasez de matronas» en AP es que se dan numerosos casos en los que se cuenta con un único profesional para atender varios centros de salud, fenómeno especialmente frecuente en zonas rurales. Esto conlleva que «al final, sólo puede dedicarse, y en parte, al embarazo, pero no a otras de sus muchas funciones».

Ante esta realidad, el sindicato de enfermería ha trasladado de manera reiterada al Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y a las consejerías de Salud de las comunidades autónomas que resulta urgente una renovación de la atención médica, para la que se requiere, entre otras medidas, la potenciación de la labora de las enfermeras y enfermeros.

De hecho, Satse ha reivindicado que, además de aumentar el número de plazas ofertadas en las pruebas EIR (Enfermero Interno Residente), un total de 379 este año, los distintos servicios autonómicos de salud «deben asegurar que cuentan con los correspondientes puestos de trabajo catalogados y remunerados adecuadamente».

El 91 % son mujeres

En concreto, del informe se desprende que el Sistema Nacional de Salud (SNS) cuenta con 8.531 matronas y matrones, lo que supone una ratio de 0,18 profesionales por 1.000 habitantes o un profesional por 10.000. De estos, un 91% son mujeres y un 9% hombres. Por rangos de edad, un 48 por ciento tiene entre 36 y 50 años; un 34 por ciento entre 51 a 65 y un 18 por ciento se sitúa entre los 20 y los 35 años.

Por comunidades autónomas, Cantabria es la que cuenta con más enfermeras especialistas en Obstetricia y Ginecología en la Sanidad pública, con 0,29 profesionales por 1.000 habitantes, seguida de Navarra y Euskadi, que cuentan con 0,24 cada una. En los últimos puestos se encuentran Castilla-La Mancha y Galicia, con 0,12 matronas y matrones por 1.000 habitantes, Asturias, con 0,13, y Aragón y La Rioja, con 0,16.