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Alicante: modo electoral activado

El Ayuntamiento afronta días decisivos para el futuro de los Presupuestos de este año, que el PP pretende aprobar gracias a Cs y Guanyar

Alicante: modo electoral activado

Con la vista puesta en dos frentes: en los Presupuestos municipales, que el Gobierno del PP pretende aprobar inicialmente el próximo mes de marzo con el visto bueno de Ciudadanos y Guanyar, y en las elecciones municipales previstas para el 26 de mayo. Así, en torno a esos dos escenarios políticos, se encuentra el Ayuntamiento de Alicante, donde las conversaciones en los pasillos, entre los concejales de uno y otro frente, entre los de izquierdas y derechas, entre los del gobierno y los de la oposición, versan sobre el futuro de las cuentas para este año, que esta semana han entrado en la decisiva fase de las enmiendas, y acerca de la confección de las listas, la designación de alcaldables y otros asuntos oficiales u oficiosos derivados del decisivo paso por las urnas del 26-M.

Al margen de los Presupuestos municipales y de las elecciones a nivel local, que coinciden con las europeas y previsiblemente con las autonómicas, poco más. Y es que como critican desde la actual oposición, tanto desde Ciudadanos como desde los exsocios del tripartito, el Ejecutivo de Barcala no abrirá nuevos frentes ante la proximidad de la cita con las urnas. Es decir, evitará generar nuevas polémicas que puedan influir a la hora de que los ciudadanos elijan una u otra papeleta al llegar al colegio electoral. Modo electoral, activado.

Mientras el Gobierno local del PP trabaja para poder vender los Presupuestos de 2019 como un éxito de negociación con parte de la oposición (sobre todo si finalmente no depende de los dos concejales tránsfugas al conseguir que Guanyar no bloquee la aprobación), sobre las mesas del Consistorio se amontonan cuestiones que no han visto la luz durante un mandato marcado por la inestabilidad política, con un histórico cambio de color al frente de la Alcaldía que se produjo hace diez meses, tras casi tres años de gobierno de la izquierda, donde la gestión [con más polémicas que logros] quedó empañada por las continuas trifulcas a nivel interno entre las diferentes facciones del tripartito.

Entre el listado de cuestiones pendientes que previsiblemente no quedarán resueltas en los apenas tres meses que quedan de un mandato que, en la práctica, ya se da por terminado en el Ayuntamiento destacan cuestiones de calado, como avanzar en la revisión del PGOU, o asuntos técnicos pero de peso, como la plaza del gerente del Patronato de Turismo, que lleva vacante desde hace más de un año.

Promesas incumplidas

Desde los grupos de la oposición coinciden a la hora de subrayar asuntos que ya se dan totalmente por descartados, pese a haber ocupado horas y horas de debate durante estos últimos cuatro años. El Plan General, por ejemplo, seguirá tal cual estaba cuando arrancó este mandato. No se ha conseguido sacar adelante, ni unos ni otros, el Plan General Estructural, el compromiso mínimo del tripartito de Alicante y que también hizo suyo el popular Luis Barcala al llegar a la Alcaldía en abril de 2018. Así, mientras las promesas iban dirigidas a aprobar en este mandato ese documento para abordar en los próximos cuatro años la modificación completa del Plan General, el gobierno que salga de las urnas se encontrará la misma situación con la que se topó la izquierda tras las elecciones de 2015. Cuatro años, en esto, para nada.

De Urbanismo tampoco saldrá aprobado durante este mandato, a no ser que la actual concejala, Mari Carmen de España, dé un volantazo más que inesperado en el seno de la oposición, el Catálogo de Protecciones que impulsó Pavón y que bloqueó el pleno con la unión de PP, Ciudadanos y los tránsfugas. Ese documento sigue en un cajón de la sede que Urbanismo estrenó este mandato. Y de ahí no se espera que salga, al menos, hasta después de los comicios. Mientras tanto, edificios incluidos en ese proyecto del catálogo siguen siendo derribados al no contar con ningún tipo de protección para lamento de entidades que luchan por la conservación del patrimonio alicantino.

Nada se sabe tampoco de la reunión que el alcalde Barcala anunció que concertaría con los responsables de Ikea, otro de esos asuntos siempre destacados en la agenda municipal. Desde la multinacional del mueble confirman que el cambio al frente de la Alcaldía no ha producido ninguna novedad.

Entre esas cuestiones pendientes a nivel municipal, que la oposición duda que se resuelvan en estos tres meses, sobresale la revisión de la Ordenanza del Ruido (vigente desde 1991), que presumiblemente enfrentará a vecinos y hosteleros. Y eso que la concejala popular De España convocó el pasado octubre a todas las partes involucradas para abrir un plazo de consultas. Desde entonces, sin novedades públicas. Tampoco las hay respecto a la Ordenanza de Ocupación de la Vía Pública, la que afecta a los veladores, que según un acuerdo plenario debería avanzar de la mano de la Ordenanza del Ruido. Por ahora, sin resultados en una ni en otra. Tampoco, cierto es, se avanzó lo necesario con el anterior gobierno. De igual forma sucede con la controvertida revisión del Reglamento de Participación, que lleva vigente casi quince años. Y los que quedan... Entre los temas que siguen a la espera, el estudio para auditar el servicio de la limpieza, del que se lleva hablando todo el mandato y que el PP se comprometió a impulsar al llegar al gobierno.

Así, con asuntos de calado político sobre la mesa, los grupos cuentan las semanas para el Pleno de Presupuestos de marzo. A partir de ahí, ya a pensar en las municipales, y antes, ya de paso, en las generales anunciadas ayer para el 28 de abril. Tres meses más que intensos en el Ayuntamiento, pero en modo electoral.

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