El paseo geométrico de la playa del Postiguet se ha convertido en una auténtica carrera de obstáculos para los cientos de bañistas, turistas y público en general que frecuentan este espacio peatonal. Grietas y agujeros en el pavimento, que también presenta elevaciones en la zona más próxima a las terrazas, lo han transformado en una trampa que provoca continuas caídas, sobre todo entre personas mayores. De este modo, se suma a la lista de espacios emblemáticos deteriorados como el paseo de teselas de la Explanada.
En el paseo del Postiguet también hay puntos donde faltan los adoquines, quedando a la vista pegotes de cemento y restos de postes de hierro que no se han retirado. Así como tapas de alcantarillado por encima del nivel del suelo que resultan peligrosas a la hora de caminar por este emblemático paseo con diseño de rombos, cuyo pavimento se renovó en 1995 en el marco de las obras de regeneración de la playa del Postiguet, a cargo de Costas, que prolongó el arenal hasta el Cocó con una aportación de 45.000 metros cúbicos de arena.
Según recordaban ayer trabajadores de los restaurantes del paseo, éste «se inauguró sin terminar, nos dejaron escombros y palés, y los jardines estaban inacabados pero había prisa porque se celebraban elecciones. Prácticamente está igual, nunca han limpiado con profundidad el paseo ni han reparado el suelo. Está estropeado y levantado prácticamente desde el Meliá hasta el Cocó, y nunca han cambiado los ladrillos».
Grietas en el pavimento del paseo del Postiguet junto a las terrazas. Pilar Cortés
Entre los usuarios de la playa, María Olivares critica el estado del piso, con caídas sobre todo de personas mayores, «que no saben ni que pueden pedir responsabilidades. El paseo está hecho una porquería». Asimismo, alertan de la peligrosidad de bicicletas y patinetes que suelen invadir esta zona peatonal en ocasiones a gran velocidad pese a que estos vehículos no pueden circular por ella.
Los hosteleros del paseo marítimo se quejan del nulo mantenimiento que afecta también a los jardines y al arbolado. «Hay ramas de palmeras tan crecidas que se caen y que golpean a la gente porque no las podan. Y las ratas se han comido las plataneras».
Tapas de alcantarillado levantadas. Pilar Cortés
Otra queja es la inseguridad que sienten los turistas y alicantinos que utilizan el parking para dejar su coche ante la presencia de gorrillas que piden dinero pese a ser una zona de estacionamiento regulado en la que se paga por dejar el coche. «Por la noche da miedo andar por el paseo. Parece mentira que Alicante sea una ciudad turística», indicó otro usuario que hace meses vio cómo atracaban en el parking a un turista extranjero. De ahí que reclamen una mayor presencia policial.
Desde los negocios de restauración explicaron también que en los últimos días de viento un antiguo poste de la parada del TRAM de la playa del Postiguet que está fuera de servicio cayó a los jardines «y allí sigue tirado. No viene nadie, ni se poda, ni se riega, ni se planta».
