Un paciente llega a Urgencias con una hemorragia masiva fruto de un accidente. Médicos y enfermeros tienen muy poco tiempo para actuar y salvar su vida.

Ésta es una situación ficticia, pero en la vida real ocurre y a ella se enfrentan médicos y enfermeros, que no sólo tienen que aplicar sus conocimientos de medicina, también deben coordinarse al milímetro en muy poco espacio de tiempo para salvar la vida del paciente. El servicio de Anestesiología del Hospital General de Alicante está formando a compañeros de otras áreas del hospital, como la Unidad de Cuidados Intensivos o el quirófano, con el objetivo de estar preparados para afrontar con éxito estas emergencias. Para ello emplea unos humanoides de última generación, que son capaces de llorar, parpadear y reproducir todo tipo de síntomas cardiacos, pulmonares o vasculares. Los robots pueden ser programados a distancia, a través de un ordenador, para recrear una situación de emergencia con la mayor fidelidad posible.

El objetivo es que esta formación, que en un principio comenzó por los anestesiólogos, se haga extensiva a todo el hospital, «porque en cualquier servicio y también en las plantas de hospitalización puede surgir una situación crítica», explica José Navarro, anestesiólogo del Hospital General de Alicante. En este sentido, se puede aplicar, por ejemplo en Pediatría, para hacer frente a crisis asmáticas severas en niños e incluso en Ginecología, ya que hay ocasiones en las que los profesionales se encuentran con cesáreas de emergencia en las que salvar la vida de la madre y el niño es cuestión de minutos.

La ventaja es que las recreaciones se hacen en el propio hospital, en los mismos espacios donde a diario trabajan de manera conjunta los médicos y enfermeros. Lo habitual es que este tipo de cursos se hagan por separado para médicos de diferentes especialidades o enfermeros y siempre fuera de los hospitales. En la tarde de ayer se llevó a cabo una de estas sesiones formativas con diferentes escenarios. En uno de ellos, el personal sanitario se enfrentaba a una crisis respiratoria en la Unidad de Cuidados Intensivos, como la de tener que intubar a un paciente con problemas por ejemplo de obesidad o con el cuello muy corto. En otro de los escenarios, se ensayaba cómo hacer frente a una hemorragia masiva en quirófano. Las sesiones son en grupos pequeños y se graban para después discutir el caso y ver posibles mejoras en la actuación.

Trabajar bajo presión

Navarro recuerda que en situaciones de crisis, los errores humanos que se cometen, en la mayoría de ocasiones no están relacionados con la falta de conocimientos, «sino con cómo transformarlos en acciones clínicas adecuadas con la presión de la incertidumbre y del tiempo».

Este tipo de ejercicios también se pueden llevar a cabo para testar otro tipo de escenarios, por ejemplo ante la apertura de un nuevo quirófano o sala de intervención. Antes de que entren los pacientes se pueden ensayar todas las posibles situaciones e incluso detectar fallos en los equipos. Los responsables de este proyecto esperan que el Hospital General de Alicante dé un paso más y como ya han hecho otros grandes hospitales, como La Fe, se cuente con un espacio específico destinado a este tipo de entrenamiento que en definitiva redunda en la seguridad de los pacientes.