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Competencia pide al Consell que no frene las VTC para lograr mejor precio y mayor oferta

El órgano exige que el futuro decreto de convivencia entre el taxi y Uber y Cabify proteja «el bienestar del consumidor»

Competencia pide al Consell que no frene las VTC para lograr mejor precio y mayor oferta

La Comisión de Defensa de la Competencia de la Comunidad Valenciana acaba de echar un capote al sector de los vehículos de alquiler con conductor (VTC), que ha sufrido recientemente un varapalo en Cataluña con una normativa que complica las actividades de plataformas como Uber o Cabify.

En un escrito firmado el pasado día 30 de enero y al que ha tenido acceso este diario, Competencia reclama que el Consell no adopte una posición discriminatoria con las VTC. Lo hace en vísperas de que la Conselleria de Transporte presente hoy las líneas maestras del decreto regulatorio de estas actividades, en pleno debate normativo y con el sector del taxi en pie de guerra ante lo que considera una competencia desleal de Uber y Cabify.

Tras varios días de consulta pública para recabar propuestas, el Consell lanza hoy un borrador de normativa que en otras capitales como Madrid o Barcelona han tomado distintas direcciones. En Barcelona, el Govern ha impuesto que Uber o Cabify deban tener un periodo de espera de 15 minutos entre la precontratación y la prestación del servicio. Ello ha hecho que estas dos aplicaciones cancelen sus operaciones en esa ciudad, provocando una cascada de ERE en las empresas titulares de estas licencias. En los últimos meses, estas firmas habían hecho grandes inversiones en la compra de permisos.

Frente a esto, la Comunidad de Madrid se niega a regular el sector de las VTC, manteniendo un pulso con las organizaciones del taxi, que llevan en huelga dos semanas.

En medio de este contexto, Competencia reclama a la Generalitat que la nueva norma de VTC respete los principios de buena regulación, es decir, «necesidad, proporcionalidad y no discriminación». «Las restricciones a la competencia que deban incluirse para alcanzar los objetivos de interés público [han de ser] mínimas y necesarias y no existan alternativas menos gravosas para la competencia», cita el texto de la CDC.

El órgano, dependiente de la conselleria de Economía, reclama un «enfoque global» para la norma, «teniendo en cuenta que taxi y VTC llevan a cabo una misma actividad». Dicho enfoque, añade, «ha de tener como uno de sus ejes fundamentales el bienestar de los consumidores, concretado en la prestación de unos servicios de calidad y más eficientes en términos de precio, así como una mayor y más variada oferta».

En el sentido de evitar perjuicio al usuario, apunta: «Cuestiones como los requisitos de acceso, las condiciones de explotación, la ratio de contingentación, el requisito de habitualidad, u otras que se están barajando en algunas propuestas normativas, han de estudiarse cuidadosamente desde la óptica de la libre competencia, para evitar los perjuicios injustificados a las personas usuarias concretados en servicios de menor calidad y mayores precios, que se derivarían de una eventual regulación restrictiva de la actividad de transporte público discrecional de viajeros/as».

La conselleria presenta hoy a las organizaciones del taxi y las VTC las líneas maestras de la norma para la Comunidad

Habrá que ver si el decreto, cuyas líneas maestras se conocen hoy, abunda en esta permisividad hacia el competidor del taxi o sigue las peticiones del taxi valenciano, que, por ejemplo, reclama que haya doce horas de precontratación entre la petición y la recogida.

En su escrito, el órgano autonómico promotor de la competencia se alinea con la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En un reciente informe sobre la regulación estatal, la CNMC avisa de que «presenta restricciones que inciden negativamente en la prestación del servicio para los usuarios finales, en términos de mayores precios, menor calidad e innovación, menor oferta disponible y mayores tiempos de espera de los que resultarían en un entorno más competitivo».

La CNMC ha lanzado a las administraciones peticiones como «evitar discriminaciones injustificadas entre taxis y VTC en materia de contratación o estacionamiento»; «revisar las restricciones al número de licencias de taxis y de VTC» o «posibilitar que, en el futuro, los VTC puedan prestar servicios no solo en su comunidad autónoma».

El 10% de los vehículos, adaptados para discapacitados

El Cermi-CV exigió ayer que se establezca la obligación legal de que el 10% de los vehículos de alquiler con conductor (VTC) sean accesibles para que las personas con movilidad reducida puedan utilizar este servicio en igualdad de condiciones, según señala en un comunicado el Comité de Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad Valenciana.

El Cermi reclama que las VTC tengan una obligación legal de accesibilidad universal como sí cumple el taxi

Al respecto, explica que los servicios de arrendamiento de vehículos con conductor no están sometidos en España a ninguna obligación de accesibilidad universal, lo que «vulnera» los derechos de las personas con discapacidad y personas mayores a contar con un transporte a disposición del público «no discriminatorio ni excluyente, cualquiera que sea su modalidad».

En ese sentido, aclara que estos servicios, por su aparición y generalización posterior en el tiempo, no están incluidos en la normativa estatal de accesibilidad al transporte, que data de 2007, por lo que «no rigen para ella obligaciones de accesibilidad, como sí ocurre por ejemplo para el servicio de taxi». Por ello, y sin perjuicio de las aportaciones que en un futuro puedan realizar al Proyecto de Decreto-Ley del Consell sobre las VTC, la «premisa irrenunciable» parte de establecer en la regulación a

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