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Pedanías en Alicante: Camino a ninguna parte

Ambulancias y bomberos se pierden por las numerosas calles sin rotular

Haciendo señales con una linterna para indicar su ubicación, la vecina de El Moralet Alexandra Williams logró que la ambulancia llegara a su domicilio, en el núcleo de Villanueva, tras más de una hora dando vueltas de madrugada buscando su casa, donde su marido sufría una hemorragia. La calle donde vive no tiene nombre, como al menos 200 más en esta pedanía, la más grande de Alicante con 2.200 vecinos censados y el triple en verano. El problema de las calles y caminos sin nombre es común a la mayoría de partidas de Alicante, con servicios que no llegan.

Se dio la circunstancia de un incendio en la zona alicantina del Valle del Sol, sin que los bomberos y la ambulancia pudieran encontrar la ubicación exacta. Tuvieron que contactar con la Policía Local para que les guiara. Según el SEP (Sindicato de Empleados Públicos), el único agente de servicio no podía abandonar el puesto y les tuvo que indicar por teléfono. Cuando llegaron, la cocina estaba calcinada y «la suerte es que la familia pudo salir».

Las asociaciones de vecinos de pedanías como El Moralet, El Rebolledo, La Alcoraya, Verdegás, Cañada, El Bacarot y Monnegre llevan años reclamando al Ayuntamiento nombres para las calles y caminos que no tienen incluso con propuestas de nomenclatura. Sin éxito por el momento. En esta demanda han encontrado el respaldo del SEP.

Solo una patrulla

El sindicato acentúa el papel de la Unidad de Partidas Rurales de la Policía Local de Alicante como guía de todos los servicios de emergencia por las pedanías al conocer exhaustivamente «la complejidad del infinito entramado de calles, caminos y casas dispersas».

«Tal es la importancia de esta Unidad de Partidas Rurales que tanto la Policía Nacional como los Bomberos y las ambulancias han de esperarla para que les indique cómo llegar, cosa que se traduce en un altísimo nivel de desasistencia por la escasez de patrullas».

Porque, según el sindicato, sólo tienen una con 15 años de antigüedad no apta para patrullar por las zonas rurales. Los dos todoterrenos que utilizaban llevan meses en los talleres municipales «porque no hay presupuesto para su reparación». Y critican que la brigada se ha visto diezmada en los últimos años. «Por las tardes y por las noches en la mayoría de los días solo presta servicio una unidad policial, y en ocasiones ninguna, para asistir a casi 7.000 habitantes diseminados por 150 kilómetros cuadrados, donde la distancia en algunos puntos es la misma que hay entre Alicante y Benidorm». Por este motivo, reclaman el refuerzo de la unidad policial de las partidas.

Del listado de calles y caminos sin rotular destacan los más de sesenta viales sin nombre de Villanueva y Villanueva Alta, núcleos de El Moralet. La comisión de fiestas patronales presentó en mayo de 2018 en el registro del Ayuntamiento un escrito solicitando que se les dé una denominación oficial.

Incluso adjuntaron planos de ambos núcleos con una propuesta de nombres para facilitar la labor de los técnicos: de pueblos de la provincia para Villanueva Alta, y de razas de perro para Villanueva. Pero de momento no han tenido respuesta, explica el presidente de la comisión, Rafael Rivera.

Personas mayores

Josefa Martínez, presidenta de los Jubilados y Pensionistas, y vicepresidenta vecinal, y otros residentes como Juani Altés y Lucía Cuadro destacan que en la zona viven muchas personas mayores, por lo que a menudo acude la ambulancia y tienen que darle como referencia el bar, la gasolinera o quedar con los sanitarios en la carretera. «El día de Reyes el que traía el chocolate a la fiesta infantil tampoco sabía llegar». Estos vecinos se quejan de la falta de transporte público y de la paralización del «taxi a demanda». «Aquí no hay nada pese a que pagamos muchos impuestos, hasta 800 euros de IBI. También hay muchas viviendas sin agua potable, ni alumbrado público».

En El Rebolledo abundan los caminos habitados sin nombre y calles rotuladas con las placas deterioradas e ilegibles. «Tenemos un problema con los sanitarios y los cuerpos de seguridad. Aquí viven muchas personas ancianas y a menudo las ambulancias se vuelven locas para encontrar el camino. Los familiares tienen que salir a una calle nombrada a su encuentro», afirma Raúl Sigüenza, presidente de la asociación Amigos de Foncalent.

En La Cañada un vecino ha bautizado la calle donde vive como del «olvido». «No tiene luz, ni asfalto ni placa. El hombre tiene toda la razón del mundo», señala Dori Pastor, presidenta de la asociación Santiago Apóstol. En esta partida hay más de una veintena de calles sin nombre. «La Cañada tiene 11 kilómetros, y entre calles y callejones hay un buen lío. A algunas las han cambiado de nombre dos veces, y otras las dejaron sin rotular. Cuando arreglaron el camino Adelfas quitaron la placa, y tras cuatro años no la han repuesto».

Los carteros llegan a dejar las cartas encima de los pilares cuando no hay rótulo o número. «Falta una mejor indicación para ambulancias, carteros y taxistas. En una ocasión tuve que guiar a una patrulla de Policía que estaba perdida buscando una casa en el camino de la Ermita donde habían robado porque no la encontraban».

«La semana pasada nos entraron unos ladrones, llamamos a la Guardia Civil, pero no localizaban el sitio. Hay viales que no tienen nombre y los servicios de seguridad se pierden. A nuestras casas las llaman ilegales pero pagamos IBI y basura», señala un vecino de Verdegás, que explica que el problema se da sobre todo en núcleos diseminados que con anterioridad eran terrenos rústicos y que fueron recalificados.

Más núcleos

Desde la asociación de vecinos añaden otro problema: calles con un nombre distinto al que aparece en el callejero de Alicante. «Hace muchos años a la calle la Herradura le pusieron el nombre de María Blasco, por la científica, pero sigue apareciendo como antes», señala la presidenta vecinal, Prudi Acame.

En Bacarot, más de lo mismo. «Hay casos de tener que venir una ambulancia o los Bomberos, no encontrar una calle o un camino y tener que salir en su busca. Las bases de datos deben estar desactualizadas y el GPS tampoco sirve. Aunque se busque, no da la situación», asegura Ernesto Riquelme, presidente de la asociación El Eco.

En La Alcoraya hay casi una veintena de caminos públicos sin nombre, o bien que lo tienen pero es como si no existieran porque faltan las placas de rotulación.

El Ayuntamiento afirma que ha iniciado el expediente para solucionar estas deficiencias. Según la concejala de Estadística, María Dolores Padilla, «se han recibido propuestas por parte de las asociaciones de posibles nombres para las vías. Se están estudiando las opciones para alcanzar el mayor acuerdo posible con los vecinos».

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