Cuando algunas de las mejores jugadoras de fútbol del mundo preparaban su partido en el Rico Pérez, el Ayuntamiento de Alicante desalojaba a las personas sin hogar que duermen en las inmediaciones del campoduermen en las inmediaciones del campo para poder limpiar la zona. La ciudad fue foco internacional el pasado martes con un objetivo añadido muy potente: batir el récord de asistencia a un encuentro de la selección femenina de fútbol, que se enfrentaba a Estados Unidos. Apagados los ecos de aquel partido, los sintecho que tuvieron que buscarse otro refugio han regresado. Consideran «una pantomima» todo lo que les ha generado la visita de las americanas y apuntan a las dificultades de moverse de «casa» en una semana con alerta naranja por viento.

Javi critica haber perdido las pertenencias con las que pasa la vida en la calle después del desalojo, que tuvo lugar el jueves anterior al partido. «He tenido que estar una semana con la misma ropa», cuenta. Según el testimonio de las personas que pasan la noche alrededor del estadio, la Policía les dio media hora para retirar sus enseres. Esto ocurrió a primera hora, cuando Javi no estaba allí sino que se encontraba aseándose, como todas las mañanas, en el Centro de Acogida e Inserción para personas sin hogar. «Cuando volví, después de darme una ducha, me habían tirado todo, hasta unas zapatillas que tenía de repuesto», asegura. «Esta semana no me he podido cambiar ni la ropa interior».

Javi y su compañero, también José Miguel, Conchi y Jesús, explican que este desalojo es una situación atípica. «Aquí, donde dormimos -señala el pabellón-, vinieron a jugar la selecciones de balonmano de Brasil, Polonia y Alemania y no nos dijeron nada. También la selección española de fútbol con Luis Enrique y ni siquiera molestamos», apunta Javi, quien añade con enfado: «Esto lo han hecho porque era Estados Unidos. Menuda pantomima».

Conchi y Jesús sí que estaban junto a sus sacos de dormir cuando llegó el aviso de la Policía. Cogieron sus cosas y se movieron a una zona próxima, aunque menos resguardada. «Hemos pasado mucho frío. Nos tuvimos que ir justo en los días de la alerta por viento», cuenta Conchi sobre un cartón colocado en el triángulo que se forma bajo una de las escaleras de acceso a las gradas del campo. Ahora, como el resto de personas sin hogar, esta mujer ha vuelto al sitio del que le pidieron que se fuera con motivo del acontecimiento deportivo.

«Con el Hércules no pasa nada»

A su lado está Jesús, con 61 años, quien se muestra sorprendido por lo sucedido: «Cuando juega el Hércules no pasa nada. En el tiempo que llevo aquí, que es cerca de seis meses, es la primera vez que ocurre».

Las estrellas se han ido, el récord de lograr la máxima asistencia a un partido de la selección femenina está firmado y los sintecho ya pueden volver a sus rincones. «Cuando nos echaron, preguntamos si podríamos volver al acabar el partido. Nos dijeron que por ellos no volviéramos a ningún sitio», señala Conchi.

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Lorena Gil