P ¿Cuál es el origen de la metodología «Lego Serious play»?
R Nació en la propia compañía Lego a raíz de una crisis. Esta metodología les está ayudando a crear unos productos que han situado a la compañía donde está hoy. Las demostraciones que hacemos ayudan a los empresarios a facilitar contactos y generar negocio.
P ¿En qué consiste?
R Es una metodología tremendamente innovadora que potencia la creatividad usando el lenguaje en tres dimensiones, al que no estamos acostumbrados. Con las piezas se establecen una serie de conexiones entre nuestras manos y la parte inconsciente de nuestra mente, donde residen los pensamientos, que no siempre somos capaces de sacar de una forma tradicional. A través del juego se crea un marco óptimo que permite obtener grandes ideas de cualquiera. Potencia la creatividad de trabajadores y empresas.
P ¿Qué se trabaja?
R El liderazgo, la construcción de mejores equipos, la comunicación interdepartamental, la estrategia competitiva, el diseño de productos y servicios, la resolución de conflictos, la elaboración de perfiles de alto rendimiento, los valores, la visión corporativa... La metodología se adapta a un montón de retos empresariales. Para ello solemos llevar entre 6.000 y 8.000 piezas a los talleres.
P ¿Qué se hace con las piezas?
R En el último taller, lo primero que pedimos a los asistentes fue que construyeran con cinco piezas su versión de un perro. Cada uno hizo uno diferente. Esto sirve para demostrar que en un grupo de 45 personas no habrá un perro igual pese a que tengan las mismas piezas y el mismo tiempo, un minuto.
P ¿Qué significa?
R Que ante una misma problemática se pueden plantear tantas perspectivas diferentes como personas haya: en ellas puede estar la solución y el camino que estamos buscando. La solución a los retos que se plantea una empresa puede no residir fuera de ella sino dentro. A veces las empresas se obcecan en contratar y en pagar un dineral a un consultor externo cuando el remedio está en casa.
P ¿Es más fácil que hablarlo?
R Hablar las cosas cara a cara cuesta un poco pero con siete mil piezas de juego la cosa se despersonaliza y es más fácil atacar la problemática. Son los propios trabajadores los que a través de sus construcciones y metáforas, y del lenguaje en tres dimensiones que reside en su parte inconsciente, los que la dan la solución.
