n La proximidad de la campaña electoral se respiraba ayer en Fitur. Así, durante buena parte de la mañana el pabellón 7 de Ifema, que alberga la promoción de la oferta turística de la Costa Blanca, se convirtió en un campo de batalla entre populares y socialistas por acaparar la atención de los medios. Una lucha que terminó con el presidente del PP, Pablo Casado, en el estand de la Costa Blanca haciéndose fotos con las belleas de las Hogueras y algunos de los cargos populares más destacados de la provincia, como el presidente de la Diputación, César Sánchez, mientras que, de forma paralela, el Consell socialista de Ximo Puig daba inicio al acto principal de la jornada en la zona de la Generalitat sin la presencia de ningún alcalde del PP. Todos estaban con Casado. Una «contraprogramación» en toda regla.

El gesto no sentó nada bien entre las filas socialista. «Qué mal gusto», señalaba un dirigente al término del acto al que el presidente de la Diputación de Alicante o el alcalde de Benidorm, que fue elogiado por el propio Puig durante su discurso por su gestión en materia turística, llegaron tarde porque estaban haciéndose la foto de rigor con el cabeza de su partido.

Casado llegó al pabellón cuando Ximo Puig estaba realizando el tradicional paseillo previo al acto oficial. El líder del Consell pasó prácticamente por todos los estands de la Comunidad. Un recorrdio de casi dos horas donde la ministra de Turismo, la socialista Reyes Maroto, se unió al jefe del gobierno autonómico para anunciar una inversión de cinco millones por parte del Ejecutivo central para modernizar las infraestructuras más «maduras».

Así se incluye en el proyecto de presupuesto de Pedro Sánchez que todavía debe ser aprobado. Y, Maroto aprovechó para anunciar la inversión ante un Puig pletórico que estuvo arropado por una amplio corrillo de cargos socialistas, como el alcalde de Elche, Carlos González, o su homólogo en Alfàs del Pi y diputado autonómico, Vicente Arques.

Mientras Puig saludaba a diestro y siniestro, Casado daba vueltas por el pabellón de Castilla y León o Ceuta para, finalmente, llegar a la Costa Blanca y, después, a Benidorm en el mismo instante que el Consell daba inicio a su acto. Arropado por el alcalde de Alicante, Luis Barcala, la diputada provincial, Mercedes Alonso o el senador de Benidorm y portavoz de Turismo del PP en el Senado, Agustín Almodóbar, el presidente del PP se hizo al fin la foto de la discordia.