Los estudiantes de tercero y cuarto de Secundaria creen que sus profesores no tienen nada que enseñarles en el terreno de las nuevas tecnologías. Afirman que sus habilidades digitales superan las de sus maestros por el simple hecho de que han crecido con ello, y que nada de lo que les señalan en el aula les aporta más de lo que saben a nivel digital.

El respeto que lleva de forma natural a acatar las indicaciones de un superior hace aguas entre estudiantes y docentes si de entrada, con 14, 15 y 16 años, están convencidos de que el maestro no tiene nada que enseñarles en el uso de sus móviles y tabletas.

De hecho, en el terreno del aprendizaje digital sustituyen al profesor por los motores de búsqueda directamente, Google entre ellos. Esto explicaría la diferencia entre las escasas aportaciones que dicen recibir en las aulas y las habilidades digitales que aseguran poseer.

Internet se manifiesta como un poso del saber en el que a través de tutoriales y enciclopedias en línea, los adolescentes encuentran respuestas a sus dudas tecnológicas, lo que favorece, según sus propias respuestas, un aprendizaje incluso superior al de sus profesores.

Son datos extraídos del último informe hecho ayer público por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción y el BBVA, tras encuestar a más de 1.600 alumnos de Secundaria de toda España sobre su relación con el aprendizaje digital y la repercusión que el uso de las tecnológicas tiene en su entorno.

Los jóvenes perciben un escaso apoyo por parte de sus docentes en este sentido, y mucho menos de sus padres, de los que se distancian mucho más en este terreno. Hasta el 83% creen que sus progenitores no pueden aportarles nada tecnológicamente.

Destrezas

No obstante esta ausencia de dirección y acompañamiento tecnológico por parte de los mayores en general, los adolescentes señalan algunas destrezas que sí aprenden en los centros escolares, como la creación de contenidos propios a partir de vídeos, el manejo de bases de datos, la creación de blogs y aplicaciones o el manejo y edición de gráficos y tratamiento de textos. Por contra, aspectos sobre la seguridad en el uso de internet y de los dispositivos en general, dicen los alumnos que tienen mucha menor presencia en el aprendizaje por parte de sus profesores.

Pero tampoco creen que les haga mucha falta este tipo de enseñanzas sobre la seguridad en internet, porque se consideran lo suficientemente hábiles como para proteger sus dispositivos con determinados patrones e incluso borrar el rastro de las páginas que han visitado, así como cambiar o desactivar su privacidad y ubicación en las redes. Entre el 80% y el 95% de los encuestados se muestran sabedores de todos estos extremos.

Deberes

En esta misma línea, dos de cada tres jóvenes de estas mismas edades, entre los 14 y los 16 años, coinciden en confesar que usan el móvil en clase pese a estar prohibido. Esto sucede mayoritariamente entre alumnos de centros públicos, en los institutos de Secundaria, que en general no permiten sacar el smartphone en clase, salvo excepciones puntuales para llevar a cabo alguna actividad en equipo. Se contempla exprofeso en los planes anuales de centro que incluyen las normas de funcionamiento para profesores y alumnos, y en los que se incluye la prohibición del móvil para evitar distracciones en clase.

Los adolescentes en centros concertados que usan el móvil en el aula, previa autorización y con ciertas restricciones, no llegan en su caso a uno de cada tres.

No obstante y mayoritariamente, tres de cada cuatro estudiantes de Secundaria afirman que las nuevas tecnologías les facilitan hacer las tareas o deberes, y que además del móvil y la tableta, cuentan con dos ordenadores, uno en casa y otro portátil.

Finalmente, el citado informe detalla el uso que los jóvenes hacen de cada una de las redes en las que tienen perfil. Instagram es la favorita para publicar y ser vistos; YouTube para consumir todo tipo de contenidos y sentirse fan, aunque en menor medida también emplean Twitter para seguir a sus ídolos, y Facebook queda relegado como plataforma para juegos y mantener amistades lejanas.