El empresario Juan Carlos Ramírez, accionista mayoritario del Hércules, que se quedó hace seis meses con la concesión del centro Panoramis salvará los cines en su nuevo proyecto tras llegar a una acuerdo con la empresa Kinal-64 para la compra de la unidad de negocio cinematográfica. También se salvan el gimnasio y el Foster´s Hollywood. Los cines pasarán a formar parte de la empresa Digital Corner.

Ramírez acaba de cerrar un acuerdo para traspasar todos sus concesionarios de Toyota y Lexus (Medimotors) en la provincia de Alicante al grupo de La Grajera de Logroño, que gestionaba los concesionarios de las marcas de coches en Barcelona, Navarra y Rioja, para centrarse en el impulso del complejo Panoramis, aunque todavía no ha presentado el proyecto en el Puerto. Junto a los cines, también se salvarán el gimnasio y el Foster´s Hollywood. Ya ha cerrado el local donde se organizaban cumpleaños y sigue abierta la cafetería frente al edificio de la Autoridad Portuaria.

El grupo de empresas de Juan Carlos Ramírez, uno de los principales accionistas del Hércules, firmó en septiembre el contrato por el que se hizo con la gestión durante los próximos 20 años del complejo de ocio Panoramis, ubicado en la dársena de poniente del Puerto de Alicante y cuya anterior concesionaria, Marina de Poniente, estaba en proceso de liquidación desde el verano de 2016. Finalmente, el juez que llevaba el caso aceptó la oferta del empresario vasco, que fue la única de las tres que se presentaron a la puja que convenció al administrador judicial.

Marina de Poniente se constituyó en 1996 para asumir la gestión del segundo centro de ocio del Puerto de Alicante tras el construido en los muelles de Levante, cuando se decidió abrir el Puerto a la ciudad. En los primeros años llegó a funcionar y el centro atrajo a restaurantes, cines, tiendas, pubs y bares, pero Panoramis comenzó una deriva que le llevó a convertirse en un lugar «fantasma» en 2012, cuando Marina de Poniente entró en concurso de acreedores.

El Puerto era el principal acreedor con una deuda por cobrar de unos 2,7 millones de euros por el impago de la concesión y otros tres millones se debían los bancos. Al final, todo se liquida y ahora toca empezar de nuevo. En el camino se han quedado empresarios como Enrique Ortiz, amigo íntimo de Ramírez, o los grupos Borja y Vectalia, éste último se salió de Marina de Poniente en 2014.

En Panoramis han sobrevivido los cines, un restaurante temático «tex-mex», un gimnasio, un bar y un parking subterráneo para 500 coches. El último intento para levantarlo llegó tres dos años cuando el constructor Enrique Ortiz, todavía en Marina de Poniente aunque nunca llegó a tener más del 15% de la sociedad, encargó a la empresa Sianliving la gestión del centro, pero no cuajó.