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Los Bomberos se quedan sin un jefe atípico

Aragolaza, fichado por el tripartito a finales de 2015, dimite a dos meses de su jubilación

Eduardo Aragolaza (Vitoria, 1959) presentó ayer su dimisión como jefe de Bomberos de la ciudad de Alicante, un cargo al que accedió a finales de 2015 durante el gobierno del tripartito de izquierdas. Su marcha, que se oficializará el próximo 5 de febrero, llega unos dos meses antes de la fecha prevista para su jubilación. «Me voy por motivos estrictamente personales», explicó ayer Aragolaza, que fue fichado por el Gobierno del socialista Echávarri procedente del parque de Bomberos de Vitoria-Gasteiz, donde era subjefe.

Antes de llegar a Alicante, renunció a su cargo de procurador por Podemos en las Juntas Generales de Álava. A su tierra tiene previsto regresar a la espera de su jubilación, según confirmó Aragolaza, un ingeniero técnico industrial, con especialidad en química y materias peligrosas. Su dimisión coincide, además, con la renuncia de dos de los tres suboficiales.

Sus años como jefe de Bomberos de Alicante han estado marcados por polémicas propuestas, sobre todo vinculadas a los días de Hogueras, y a un enconado enfrentamiento con los sindicatos, que han llegado a pedir en diversas ocasiones su destitución.

Las Hogueras, tal y como admite el todavía máximo responsable del SPEIS (Servicio de Prevención de Extinción de Incendios y Salvamento), le llegaron a superar por momentos. Célebres son frases en tono entre la broma y lo serio como «los alicantinos estáis locos» o «las Hogueras son un intento de quemar Alicante que os sale mal». Y es que Aragolaza no llegaba a comprender, sobre todo recién llegado, el peso de la pólvora y el fuego en la Fiesta. De hecho, algunas de sus propuestas tardarán años en olvidarse en el Ayuntamiento. El jefe de los Bomberos se llegó a plantear suspender las mascletás de Luceros si los balcones que dan a la plaza no se vaciaban o no tirar la Palmera que da el pistoletazo a la Cremà para evitar posible incendios en el Monte Benacantil. También, cuentan en el Ayuntamiento, propuso que las hogueras infantiles se quemasen antes de la medianoche para así facilitar la Cremà de los monumentos adultos, los más peligrosos desde el punto de vista de la seguridad. Tampoco se olvida cuando puso sobre la mesa la opción de mojar al público de las mascletás con mangueras (al estilo de la Banyà) para así reducir la sensación de calor en los días centrales de Hogueras. Ninguna de ellas tuvo éxito, pero todas generaron mucho nerviosismo entre los responsables políticos municipales.

Aragolaza, conocido aficionado al baile del «swing», deja el parque de Alicante tras renovar los equipos de protección de los bomberos (más ligeros y resistentes, y con avances de la NASA) y el plan de intervención en edificios de gran altura de Alicante. También abandona el cargo tras la última polémica por la adquisición de un camión auto-escalera, valorado en 745.000 euros y criticado con dureza por los sindicatos con motivo de las dimensiones de una cabina en la que no cabe el tercer bombero. El anterior vehículo comprado se tuvo que devolver por incumplir la normativa vigente en España.

Entre las quejas, los bomberos destacan la decisión del jefe de reducir el número de efectivos diarios por la falta de miembros en el Cuerpo. Otra de las máximas de Aragolaza que se repite en el parque viene a defender que el riesgo de accidente de los bomberos es mayor cuanto mayor sea el número de efectivos que acuden al siniestro. En su entorno dicen que el todavía jefe del SPEIS es un hombre de «ideas firmes» y de los que «va siempre de cara, con todos».

La dimisión del vasco, adelantada dos meses a su jubilación, deja un hueco clave por cubrir. En el parque, sólo un efectivo cumple los requisitos: Carlos Pérez, que ya ocupó el cargo hasta que fue relevado por el tripartito, lo que dio pie a la llegada de Aragolaza. También puede ser elegido a dedo alguien ajeno al Cuerpo de Bomberos.

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