La obligación de colegios e institutos de informar por igual al padre y a la madre cuando no conviven juntos sobre todos los aspectos que tengan que ver con el día a día de su hijo o hija en el centro educativo, -tal y como contempla la nueva normativa que adelantó ayer este diario y que Educación hizo llegar a padres y profesores en sendas reuniones- sigue dejando un vacío a la hora de abordar la situación de los niños «maleta», aquellos que cambian de domicilio semanalmente por tener los padres la custodia compartida.

En muchos centros escolares de la provincia se observa, generalmente los lunes o los viernes, a niños que acuden al colegio con una maleta porque cambian ese día de domicilio cuando concluye la jornada escolar y se trasladan, bien a la casa paterna, bien a la materna. El colegio se ve obligado a gestionar una situación que es ajena a la actividad escolar. Además, los profesores aseguran que en estos casos se producen distorsiones cuando se alega que libros, deberes o las prendas deportivas se han quedado olvidadas en casa de uno de los progenitores a la que no se acudirá hasta una semana después. Los docentes piden a Educación una normativa que les ampare a la hora de tomar decisiones.

«Las exigencias de los padres hacia el centro educativo en estos casos son cada vez mayores y hay que estar pendiente de situaciones bastante complicadas, además del exceso de burocracia que conlleva», apunta la directora del colegio El Palmeral de Alicante, Rosa María Pinto.

Se refiere, por ejemplo, a duplicar la carpeta de deberes del alumno al coincidir con un cambio de domicilio o también a la organización de la fiesta de fin de curso, porque se establece la presencia de los dos progenitores, pero si están separados quieren ir con sus nuevas parejas, que están en su derecho como aprecian en el colegio, pero no hay espacio para tantos.

El director del Instituto Mare Nostrum, José Manuel Pastor, añade que la casuística es tan variopinta que siempre habrá casos que escapen a la normativa. «Impera actuar mediando y con sentido común cuando se usa al niño como moneda de cambio». Este centro se ha visto recientemente en la tesitura de requerir la presencia policial porque a uno de estos alumnos «maleta» le tocaba irse con el padre y la madre se negaba, cuando la sentencia concretaba el centro escolar como punto del intercambio.

Venganza

«Los problemas surgen si el hijo es el objeto de venganza de los progenitores», abunda el portavoz de los directores de Secundaria en el Consejo Escolar de Alicante, José Antonio Perelló.

Desde la Conselleria de Educación admiten que en cuatro años la sociedad ha cambiado mucho y las nuevas instrucciones tratan de «adecuarse a las circunstancias. Hemos puesto sobre el papel lo que estamos haciendo de forma efectiva porque también es una de las medidas del Plan Director de Coeducación y del Pacto contra la Violencia de Género, como es protocolizar la situación y los directores han manifestado muchas veces que hay situaciones en las que no saben cómo actuar. La resolución aclara normativa e incluye de forma general toda la diversidad de casos, siempre teniendo en cuenta la protección del bien superior del menor y apelando a la resolución pacífica de los conflictos», señalan desde el departamento del conseller Vicent Marzà.

Entre las asociaciones de padres, la confederación Gonzalo Anaya pide que se incluya un glosario de términos jurídicos para orientar a los centros, además de formar a los docentes, y la Fapa Gabriel Miró echa en falta que no se cuente con las AMPA que conocen a las familias, sobre todo en centros y localidades pequeñas, para favorecer la convivencia en todos los aspectos.

Finalmente, la pedagoga y exdirectora de instituto Laura Oliva añade que a la normativa le haría falta vincular los servicios sociales y la conciliación familiar y laboral «porque el problema de fondo no es tanto informativo para los padres, como de atención e implicación en el aprendizaje de sus hijos. Estos niños lo tienen más complicado que los demás y salvo excepciones -concluye- los que proceden de malas separaciones tienen problemas de aprendizaje».