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Los cardiólogos detectan un aumento de las arritmias en jóvenes por el deporte intenso

El perfil es el de un deportista de entre 20 y 30 años que practica sobre todo maratones o triatlones

Maratones, triatlones, carreras por la montaña... el deporte intenso está de moda y no sólo se aprecia en las calles de cualquier localidad de la provincia. También en las consultas de Cardiología están notando el auge de esta intensa práctica deportiva. Una de las consecuencias más directas es el aumento en el número de pacientes jóvenes que sufren arritmias, sobre todo la más frecuente, la denominada fibrilación auricular.

El perfil en estos casos es muy concreto. «Son pacientes jóvenes, en torno a 20 o 30 años, que llevan a cabo una práctica deportiva intensa», explica Juan Gabriel Martínez, jefe de Cardiología del Hospital General de Alicante.

Entrenamientos prolongados, mantenidos durante años y sobre todo relacionados con deportes concretos y de alta exigencia física, con correr, y más específicamente en el caso de quien se entrena para competir en maratones, «aunque también se dan casos de gente que practica triatlones o ciclismo», añade Martínez.

Una arritmia es una alteración del ritmo normal del corazón. Aunque directamente no es causa de muerte, si no se trata de manera adecuada «puede desembrocar en un síncope, en una insuficiencia cardiaca o en una angina de pecho porque el corazón bombea más deprisa», explica Martínez. También se relaciona con un incremento del riesgo de sufrir embolias o trombos.

Palpitaciones en reposo o en esfuerzo, sensación de falta de aire, dolor torácico o mareo son las principales señales de alarma que indican que se puede padecer esta cardiopatía. En los casos de pacientes más jóvenes, el mejor tratamiento es la denominada ablación, que consiste en localizar el foco de la arritmia en el interior de las venas que llegan al corazón y quemarlo, «de manera que desde el punto de vista eléctrico queda aislado del corazón», explica Martínez.

Ingreso hospitalario

Aunque se trata de un procedimiento que tiene un cierto grado de complejidad y que requiere de ingreso hospitalario, la alternativa de abandonar la práctica deportiva para estos pacientes puede suponer un enorme lastre y aunque hay tratamientos farmacológicos para tratar este problema, están indicados principalmente para población de más edad o que sufre otras patologías, además de la arritmia.

El responsable de Cardiología del Hospital General de Alicante recuerda que hay otros fenómenos en su disciplina que se relacionan con la práctica deportiva intensa, como el llamado «corazón de atleta», que consiste en cambios que se producen en aquellas personas que entrenan con intensidad y que se caracterizan porque el corazón es más grande, las paredes son más gruesas y las cámaras también son de mayor tamaño.

Más riesgos

Un estudio reciente del Hospital Clínico de Barcelona concluyó que el ejercicio físico intenso aumenta siete veces el riesgo de padecer fibrilación auricular. El estudio demostró también que existe un efecto acumulativo, ya que la probabilidad de padecer fibrilación auricular aumenta con la cantidad de ejercicio físico que se practique a lo largo de la vida.

La Fundación Española del Corazón recuerda hace hincapié en que la actividad física «debe hacerse de forma continua y moderada para lograr un buen estado de salud». Además, los cardiólogos recuerdan siempre la importancia de someterse a pruebas de esfuerzo y a chequeos periódicos si se va a practicar un deporte de manera intensa.

Además de por la práctica deportiva, los casos de arritmias, y en concreto de fibrilación auricular, están aumentando significativamente en los últimos años por el envejecimiento de la población. Un aumento de pacientes que hace «que ya se hable de la epidemia del siglo XXI» y la técnica que se suele emplear para curar a los pacientes, la ablación, «ha pasado a ser el procedimiento más frecuente» en las unidades de cardiología.

Por encima de los 80 años, según explica el responsable de Cardiología del Hospital General, un 10% de la población sufre arritmia, una cifra que se eleva en el caso de que tengan otras enfermedades. La obesidad es también un factor de riesgo para sufrir fibrilación auricular, recuerda Martínez.

La Unidad de Arritmias del Hospital General de Alicante acaba de cumplir 20 años y el año pasado trataron mediante ablación a 80 pacientes por fibrilación auricular, casi el doble que cuatro años antes. Aunque otros centros sanitarios de la provincia practican esta técnica, «somos el centro con mayor volumen de pacientes tratamos, por encima de la media nacional», afirma Juan Gabriel Martínez. Todo teniendo en cuenta las limitaciones de personal, «ya que si la media de cardiólogos por servicio en el conjunto de España es de 26, nosotros tenemos aquí 19».

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