La marca Segway Alicante se ha topado esta semana, después de catorce años de funcionamiento, con la noticia de que el Ayuntamiento de Alicante prohibirá circular por las aceras, arterias tan emblemáticas como la Explanada y los paseos marítimos a los vehículos de movilidad personal (VMP). Los «segways», aparatos de dos ruedas que se mueven por autobalanceo, se encuentran dentro del grupo afectado por esta nueva regulación, todavía sin aprobar, junto a los patinetes eléctricos y los triciclos. Si la normativa sale adelante, la entidad, que trabaja en su totalidad haciendo tours con este tipo de máquinas, tendría que dejar de ofrecer sus servicios.

Precisamente por eso van a enviar esta semana una carta al Consistorio a través del proceso de participación que se ha habilitado, el buzón abierto, con el objetivo de recoger la opinión de la ciudadanía antes de aprobar la normativa. En el escrito, piden «un permiso especial» para poder continuar ofreciendo el servicio, del que destacan la sostenibilidad, el beneficio para el sector turístico y, sobre todo, la ausencia de incidentes con peatones durante más de una década de actividad en la ciudad.

«Desde 2005, Segway Alicante ofrece un medio de transporte sostenible para que los turistas puedan visitar la ciudad de una manera diferente», explica Cristina Gualinga, responsable de la entidad.

Gualinga hace hincapié en «la gran seguridad» tanto para quienes caminan como para los usuarios del servicio. «Es una actividad muy segura para el turista que se monta en la máquina y, por supuesto, también para los peatones», apunta la responsable. «El segway es un medio de transporte que se mueve perfectamente en ambientes peatonales», añade.

Estos aparatos hacen distintas rutas por la ciudad, siempre en recorridos guiados por un trabajador de la empresa. «No los alquilamos a particulares por seguridad y por el precio de cada una de las máquinas, que asciende a más de 7.000 euros», cuenta Gualinga. La empresa oferta recorridos que atraviesan el Puerto, el Monte Benacantil o el castillo de San Fernando, entre otros.

Del mismo modo, ofrece un tour de tapas por los establecimientos vecinos a la calle Mayor, donde se encuentra situado su negocio. Todos estos itinerarios dejarían de poder efectuarse al completo con la normativa impulsada por la concejalía de Tráfico, que intenta llenar un vacío legal que posibilita que estos vehículos eléctricos circulen ahora por aceras, calles peatonales, carriles bici y calzadas.

Barcelona como espejo

Segway Alicante asegura entender que «es el momento de regular el uso de estos vehículos en las ciudades», pero pide «un permiso especial» para poder seguir ofreciendo sus servicios. En el escrito que enviarán esta semana al Ayuntamiento, hacen mención a la regulación de Barcelona, donde una nueva normativa exige que los usuarios que alquilan las máquinas vayan acompañados de un guía, condición que ellos ya cumplen. «Necesitamos este permiso para que la empresa siga viva, y creemos que la ciudad necesita estas actividades de calidad para el turista que nos visita».