Las nuevas Clarisas que custodian desde ayer a la Faz Divina asistirán a misa diaria con público en la iglesia del monasterio para calmar los ánimos de los fieles y reducir la tensión que generó en Alicante la marcha en noviembre, en contra de su voluntad, de las monjas que se encargaban de la vigilancia de la Reliquia. El traslado de las tres religiosas que quedaban en Santa Faz al convento de Cieza, en Murcia, cortó una tradición de custodia de cinco siglos.

Las Clarisas que llegaron ayer, procedentes del convento de la Verónica de Murcia, es decir, de la misma orden que las que se marcharon, se situarán en el primer banco de la Iglesia. Así estarán más cerca del altar y del público, una misa al día, en lo que se considera una operación de lavado de imagen del Obispado tras la tumultuosa reacción que provocó la salida de las hermanas y el abandono de la custodia. La misa será a las 18 horas, los sábados a las 19 horas y los domingos a las 12 horas. Ayer, al haber poco público, la ceremonia se hizo en el camarín.

La Iglesia forzó la salida de las monjas aprovechando la reorganización que está acometiendo la orden franciscana para cumplir con una nueva instrucción del Vaticano, la «Cors Orans», que obliga a cerrar los conventos con menos de cinco religiosas por la crisis de vocaciones. Sin embargo, fuentes no oficiales del Obispado confirmaron que la decisión se venía gestando desde hace tiempo.

La asistencia a misa diaria con público suaviza la clausura y contrasta con la costumbre de las que se marcharon, que cantaban desde detrás de las rejas del coro. «Ellas van a asistir a misa fuera, en el primer banco de la Iglesia», certificó ayer la madre federal de la orden, Sor Luisa María.

La superiora, flanqueada por tres sacerdotes y el alcalde, leyó un comunicado conjunto de la Federación de Clarisas, el Cabildo y el Ayuntamiento insistiendo en que la marcha fue por decisión de la orden a causa de la falta de vocaciones, el estado de salud de algunas hermanas y la avanzada edad de otras, «que obligaron a tomar esta dolorosa decisión».

Tras profundizar en las gestiones conjuntas para recuperar la vida monástica junto a la Reliquia, mostró su agradecimiento a las Clarisas que se han ofrecido a realizar este servicio, que, según confirmó la madre abadesa, será temporal, hasta que se encuentre una comunidad estable que garantice la presencia permanente de un grupo de entre 10 y 15 monjas en Santa Faz. Pero no dio fecha ni descartó que vuelva alguna de las que se fue en noviembre. Ayer había diez monjas contando la abadesa, de ellas cinco con el hábito de las Clarisas, dos novicias (entre ellas una francesa) y tres postulantes (una alicantina).

Sor Luisa María aseguró que nueve pernoctarían ya anoche en el convento. No siempre será el mismo número porque compartirán la labor en Santa Faz con el monasterio de la Verónica de Murcia, donde hay una comunidad de trece religiosas. Es decir, se irán turnando. Al ser preguntada si podía garantizar que la Faz Divina no se volverá a quedar sola, afirmó que «esa es la intención».

El deán del cabildo, Ramón Egío, afirmó que la presencia de hermanas en Santa Faz nunca será menor de cinco. En cuanto a la regla a la que pertenecen, tanto el sacerdote como la madre federal afirmaron que es la congregación de Clarisas y que la antigua división ya no existe. Las fundadoras en 1518 procedían de Gandía. Eran franciscanas reformadas de la orden de la Santa Coleta, de la Primera Regla de Santa Clara, con voto de obediencia exclusiva a su orden, como eran las monjas que se fueron en noviembre.

Propiedad

El alcalde, Luis Barcala, pedirá el jueves que se disuelva la comisión aprobada en pleno, a instancias de los grupos de izquierda, para estudiar la reversión de la propiedad del monasterio en favor del Ayuntamiento. El edil considera que con el regreso de las monjas vuelve la normalidad al monasterio y a la custodia de la reliquia, y que la comisión no es necesaria.