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La hostelería acaricia los mil euros de sueldo al mes

El nuevo año trae una subida en las retribuciones del 1,5% a los más de 40.000 trabajadores de la provincia que se rigen por el convenio sectorial

El oficio de camarero es uno de los grupos laborales que más trabajadores agrupa en la provincia de Alicante Pilar Cortés

La crisis económica que a primeros de esta década sacudió la economía mundial trajo aparejado un importante cambio de mentalidad en lo que hasta entonces concebíamos como un salario digno. El trabajador mileurista pasó de estar valorado en lo más bajo de la escala laboral a convertirse en todo un privilegiado ante muchos de sus compañeros que, con motivo de la recesión, se quedaron sin empleo o vieron brutalmente recortados sus contratos y, con ellos, sus retribuciones. El sector de la hostelería, uno de los que más contrataciones mueve en la provincia de Alicante, no fue ajeno a este cambio. Pero ahora, tras años de recortes, congelaciones y recuperación, los camareros, recepcionistas, cocineros, «kellys», monitores de comedor, técnicos de mantenimiento y un sinfín más de categorías laborales de nuevo vuelven rozar con la yema de los dedos los mil euros de sueldo neto al mes.

La entrada de 2019 ha traído consigo un incremento salarial del 1,5% a los más de 40.000 empleados que en la provincia se rigen por el convenio colectivo de hostelería pactado por patronal y sindicatos para los años 2017 a 2020. El documento, que en su día el sindicato Comisiones Obreras se negó a firmar por discrepancias en la regulación de la externalización de servicios propios de los hoteles, es de aplicación en establecimientos de tan diversa tipología que abarcan desde un hotel, restaurante o cafetería a una bolera, un bar de karaoke o un comedor escolar.

De ahí que la distinción entre categorías laborales y tipos de establecimiento a la hora de fijar las tablas salariales establezca hasta veinte sueldos base distintos. Éstos oscilan entre los 1.447,32 euros brutos que cobra un jefe de departamento de un alojamiento de cinco estrellas o un restaurante de primera categoría a los 821,25 euros que percibe un trabajador en su primer año de contrato de formación o aprendizaje, en 14 pagas al año. Todo ello, como establece el convenio, a cambio de trabajar 40 horas semanales.

Algo mejor que antes

Aunque la tabla oficial de salarios sitúa a todas las categorías laborales con sueldos brutos por encima de los mil euros al mes -algo que representa ya todo un logro para un sector históricamente demasiado mal pagado-, la realidad hace que muchos de estos trabajadores, una vez descontadas las retenciones del IRPF -que es variable, pero puede calcularse en un baremo tipo del 10%- y de la Seguridad Social, todavía sigan superando a duras penas los 900 euros al mes y se vean abocados a pactar con el empresario horas o jornadas extra fuera del convenio para redondear su sueldo, tal y como han venido denunciando insistentemente los principales sindicatos.

Como ejemplo, basta con observar lo que ocurre en el grupo en el que se enmarcan la mayor parte de los trabajadores: el que podríamos denominar «4B», donde están los camareros, cocineros, recepcionistas, camareras de pisos, conserjes, especialistas en mantenimiento, , comerciales, animadores o relaciones públicas de establecimientos de categoría intermedia. En este caso, el salario base se fija en 1.163,04 euros brutos al mes, de los cuales el empleado acaba percibiendo unos 900 euros netos en su cuenta bancaria.

Todo eso sobre el papel. Porque, como CC OO, UGT y más recientemente el colectivo de Las Kellys han venido relatando, en el mundo real muchos de estos trabajadores acaban «cediendo» uno de sus dos días libres a la semana que prevé el convenio para percibir entre 1.100 y 1.300 euros netos.

Un 6,5% en tres anualidades

Pese a esto último, la mejora de su poder adquisitivo es incuestionable. Desde la entrada en vigor del actual convenio de hostelería en el año 2017, los trabajadores de este sector han acumulado un incremento salarial del 6,5%. O, lo que es lo mismo, de entre 94 y 69 euros mensuales, en función del nivel en el que se sitúe cada contratado. Al finalizar el periodo, la subida alcanzada se situará en el 8%, una cifra nada desdeñable y que no ha tenido parangón prácticamente en ningún otro sector productivo de la provincia.

Ya en su día, la patronal turística Hosbec, la asociación con mayor peso durante la negociación en el lado empresarial, consideró un «ejercicio de responsabilidad» y de «justicia» que la mejora de la rentabilidad hotelera tuviera su reflejo en el salario que perciben los trabajadores del sector. Y defendió, incluso en contra del criterio de otras asociaciones, la equiparación -al menos sobre el papel- del sueldo que perciben los trabajadores propios de un hotel y los contratados por empresas externas. Por su parte, los sindicatos, incluso CC OO que no suscribió el acuerdo, consideraron «satisfactoria» y «necesaria» esta mejora salarial, aunque siguen denunciando el alto índice de precariedad laboral que arrastra todavía el sector.

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