Tras dos meses sin actividad hostelera al aire libre, la céntrica plaza de Gabriel Miró está empezando a recuperar los veladores, pero en nuevas ubicaciones tras aprobarse una reordenación del entorno forzada por el riesgo derivado de la salud de los ficus centenarios. El pasado mes de noviembre, el gobierno municipal liderado por el popular Luis Barcala alegó la existencia de informes técnicos de Medio Ambiente para obligar a retirar las mesas de la proyección de los árboles ante el «riesgo elevado de accidente».

El nuevo plan de ordenación, impulsado desde el área de Ocupación de la Vía Pública que dirige José Ramón González, supone una modificación de los espacios a ocupar, ya que no puede haber veladores bajo las proyecciones de los ficus: las mesas se situarán ahora en los laterales de la plaza. En la prolongación de la calle Manero Mollá se amplió la acera, tras la retirada de la zona de carga y descarga, para albergar veladores que se situaban en los últimos años en la zona noble de la plaza.

Dos meses después, y tras superar la nueva ordenación todos los trámites, las terrazas vuelven a la plaza alicantina. Lo hacen durante menos tiempo al día del que preveía el gobierno municipal del PP en un inicio y más del que exigían vecinos de la zona. Definitivamente, los veladores de la plaza de Gabriel Miró estarán abiertos al público hasta la 1:30 horas durante los meses de verano (desde el 1 de junio al 30 de septiembre, además de Semana Santa y Navidad), aunque el ejecutivo que dirige Barcala tenía previsto permitir la actividad hasta las 2:00 horas los viernes, sábados y las vísperas de festivos en verano. Fuera de esas fechas, los veladores cesan en su actividad a la 1 de la madrugada. La Asociación de Vecinos del Centro Tradicional, por su parte, pretendía que las terrazas estuvieran abiertas sólo hasta la medianoche, tanto en verano como en invierno. Pavón, desde Urbanismo, firmó un decreto, antes de dejar el tripartito, para que la actividad cesara a la 1 de la madrugada durante todo el año.