«Paciena prosthesis» es el nombre de una prótesis vaginal desarrollada por dos investigadores alicantinos que puede ayudar a mejorar la calidad de vida de muchas mujeres. Un proyecto en el que ha puesto sus ojos el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) concediéndole uno de los tres galardones en la edición 2018 del programa IDEA2 Global, un programa de mentorización internacional dirigido a apoyar las tecnologías biomédicas más innovadoras. Este proyecto alicantino ha tenido que competir con 12 más a nivel mundial.

La ginecóloga Maribel Acién, responsable de la Unidad de Reproducción del servicio de Ginecología del Hospital de Sant Joan, y Miguel Sánchez, director del Departamento de Ingeniería Mecánica y Energía de la Universidad Miguel Hernández de Elche son los investigadores que han desarrollado esta prótesis que podría comenzar en breve a comercializarse. «Para presentarnos a la convocatoria del MIT se exigía que desarrolláramos todo el plan de negocio para llevar la prótesis al mercado y que beneficiara realmente a los pacientes», explica Acién, quien para este proyecto ha contado con el apoyo de la Fundación Fisabio de la Conselleria de Sanidad. De esta manera, la prótesis ha sido ya patentada para España, EE UU, China y Brasil. «Nuestra idea es que a partir de enero podamos comercializarla a través de una spin-off».

La prótesis servirá para ayudar a pacientes con tres tipos de problemas: las mujeres que nacen sin vagina y, en muchas ocasiones, no pueden quedarse embarazadas; los hombres que quieren cambiar de sexo y las mujeres que tienen la vagina cerrada, bien por un tratamiento de radioterapia, por una cirugía que se ha complicado o porque han sufrido una ablación genital.

La prótesis vaginal, como explica el ingeniero Miguel Sánchez, «ha sido desarrollada en ácido poliláctico, por lo que es mucho más ligera, y en tecnología 3D». En una fase posterior, los investigadores quieren fabricarlas a medida de cada paciente.

Modelos muy rígidos

Las prótesis utilizadas hasta el momento son mucho más rígidas y requieren de la utilización de la piel de la paciente que generalmente se obtiene de la zona de las nalgas. En ocasiones también debía de ir sujeta con vendajes exteriores por la zona de la cadera. Con el método desarrollado por los investigadores se coloca una primera prótesis quirúrgica que la paciente debe llevar permanentemente. Una vez se retira, para que el hueco de la vagina no se cierre, se le da otra prótesis para que la utilice por las noches, «Con esta prótesis hemos simplificado todo, evitando complicaciones postquirúrgicas y cicatrices», señalan Acién y Sánchez.

Para constatar su efectividad, en un primer momento se hizo un estudio clínico con 8 pacientes de la Comunidad Valenciana y Murcia, entre 14 y 18 años, que han nacido sin vagina.

La selección de estas pacientes se hizo por el «gran impacto» que puede tener en estas jóvenes «en un momento tan delicado como es la pubertad, en el que se termina por definir la imagen corporal, con consecuencias permanentes sobre la autoestima, la satisfacción y la calidad de vida», ha destacado Acién.

Tras este primer estudio inicial, y gracias a la distinción del Instituto Tecnológico de Massachusetts, la investigación se va a extender a casos de mutilación genital y cambio de sexo. El proyecto de los investigadores alicantinos fue presentado al programa del MIT de la mano de la Fundación para la Innovación y la Prospectiva en Salud de España (FIPSE). El jurado le concedió el galardón por ser el proyecto «con mayor potencial para mejorar la vida de las personas en el futuro».