Una tercera parte de las personas que trabajan en la Comunidad Valenciana perciben menos del salario mínimo interprofesional, y por lo tanto se encuentran bajo el umbral de la pobreza. Esta es una de las principales conclusiones del informe del Observatorio de Investigación sobre Pobreza y Exclusión de la Comunidad Valenciana, de la fundación Foessa y Cáritas Diocesana, presentado ayer en la ciudad de Alicante.

Por otro lado, según destacan los autores del informe, «el salario medio de la Comunidad Valenciana está un 9% por debajo de la media nacional (21.026 euros frente a los 19.130 en el caso de los hombres y 16.281 euros frente a 14.945 en mujeres frente); la tasa de cobertura del subsidio del desempleo sigue más o menos en la mitad de la población desempleada y tenemos un importante porcentaje de población (cerca de 50.000 personas) que recibe pensiones no contributivas muy bajas».

En todas estas cifras se ve, además, una diferencia entre las mujeres y los varones siendo las primeras las que presentan peores cifras en todos los indicadores, según los resultados del estudio. También se han analizado las cifras más recientes de empleo, «que nos muestran cómo éste se crea para colectivos más cualificados, mientras que en el caso de los menos cualificados asistimos a una destrucción neta de empleos».

Disonancia

Los investigadores han analizado la situación económica y social desde 2007 en la Comunidad y concluyen que existe una «disonancia» entre lo que son las cifras de la evolución económica del periodo estudiado y «lo que ha sucedido con las personas más desfavorecidas en estos meses».

Por un lado «constatamos una mejora de la renta media en la Comunidad, los ingresos medios de la población se siguen incrementando al mismo tiempo que las cifras agregadas de empleo también lo hacen». Se ha creado en este sentido empleo, se ha reducido el desempleo y las rentas medias se incrementan. «Se trata de un panorama agregado considerado positivo para la sociedad en su conjunto». Sin embargo, matizan los responsables de la investigación, «cuando analizamos esta misma realidad desde un enfoque de la privación, las conclusiones de este periodo de tiempo no son tan halagüeñas». Por un lado las desigualdades se están incrementando al mismo tiempo que la renta, «lo que muestra que esta mejora se está repartiendo de una manera desigual entre la población». Por eso las personas en riesgo de pobreza y en riesgo de exclusión se incrementan en la Comunidad Valenciana (el 25,7% de los hogares valencianos estaban en una situación de riesgo de pobreza en el último año analizado, frente al 23,9% del año anterior). La Comunidad sigue teniendo un 6% de personas que padecen carencias severas, por encima de la media nacional.

La primera dificultad que encuentran es no poder llegar a fin de mes: cerca del 60% de los hogares tienen serios problemas para afrontar todos los gastos y llegar a fin de mes con sus ingresos ordinarios. La segunda carencia en importancia es la imposibilidad de hacer frente a gastos imprevistos: cerca del 47% de los hogares valencianos se encuentran en esta situación, mostrando un aumento desde 2015. En tercer lugar aparece la imposibilidad de ir de vacaciones al menos una semana al año: 4 de cada 10 hogares valencianos se encuentran en esta situación.