«¿Este masaje tendrá final feliz?», «¿Hoy me vas a tocar más arriba?» o «Con esas manos debes tener muy contento a tu marido». Son muchos los pacientes que sobrepasan la línea roja con comentarios vulgares, tocamientos o proposiciones fuera de lugar. Así lo denuncian las enfermeras y fisioterapeutas de la provincia, quienes soportan escenas humillantes de forma continuada en el desarrollo de su actividad profesional. Más de un 40% de las profesionales ha sufrido en algún momento de su vida acoso sexual, según denuncian el Sindicato de Enfermería, SATSE, y la Asociación Española de Fisioterapeutas, AEF.

Las denunciantes han logrado visibilizar socialmente su rechazo a este trato vejatorio a través de diferentes campañas de información y sensibilización en redes sociales, vídeos, material informativo, recogida de firmas, envío de cartas y encuestas. Múltiples acciones para poner el foco de atención en situaciones discriminatorias a las que se enfrentan diariamente estas profesionales y que suponen un obstáculo en el desarrollo de su profesión, en la que el contacto físico directo es una de las principales características del ejercicio profesional.

Trini Gomis, secretaria de la provincia de Alicante de SATSE, trabaja por trasladar una imagen real y actual de este trabajo que ayude a acabar con los estereotipos retrógrados que dan lugar a comportamiento y comentarios ofensivos. Gomis pretende que la sociedad huya de la sexualización de esta profesión mayoritariamente femenina, aunque también con denuncias por parte de hombres. «El acoso sexual ha sido una realidad durante años en todas las profesiones, pero más en la nuestra».

El colectivo quiere huir del tópico del vestuario de la enfermera, con falda corta y cofia blanca: «Hay empresas de disfraces que lo siguen haciendo, antes era el contexto de la época y ha seguido en el tiempo. Falta educación de la población y que todos nos miren con respeto», puntualiza Gomis. La secretaria provincial indica que «hay agresiones verbales y físicas. Muchas compañeras denuncian que han intentado tocarlas y les han dicho barbaridades».

También la secretaría general autonómica de SATSE Comunidad Valenciana, Mª Luz Gascó Marín, asegura que «la Enfermería todavía es vista como una profesión que sólo la ejercen mujeres, sexualizada, vocacional y supeditada al médico, cuando la realidad es que es un trabajo autónomo, cualificado y ejercido también por hombres».

La Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF) califica de «grave y vergonzosa» la problemática de acoso que sufren las compañeras y ha hecho público su total apoyo y compromiso con los movimientos de redes sociales. Estrella Pallín, tesorera de la AEF, indica que ya en la universidad muchas profesionales han sufrido situaciones de acoso, solo por el hecho de ser mujer.

Son muchas las socias alicantinas del colectivo que han lamentado intentos de tocamientos y humillaciones. Según la tesorera de la asociación, determinados pacientes normalizan frases sexistas: «Solo por vergüenza no deberían pronunciarlas pero todo depende de la educación de cada uno».

Lourdes es una fisioterapeuta alicantina que vivió un episodio desagradable con un cliente: «Fui a hacer un servicio a domicilio y se quitó la toalla para quedarse desnudo frente a mí. Le pedí que se tapara y dejé bien claro que yo era una profesional. Me quedé aterrorizada y tuve que irme sin hacer mi trabajo». Como ella, son muchas las mujeres, y también algún que otro hombre, que han contado en redes sociales que determinados pacientes se insinúan e incluso intentan quitarles la ropa.

Mediante la campaña #MeTooFISIO y #MeTooNURSE pretenden alzar la voz, hartas de ser tratadas como meros objetos sexuales.

Resultados de la encuesta

Nueve de cada diez enfermeras y enfermeros de la Comunidad Valenciana cree que aún persisten estereotipos sexistas y retrógrados vinculados con la Enfermería, especialmente con las mujeres, según la encuesta realizada por SATSE, con motivo de la iniciativa de información y sensibilización «Rompe con los estereotipos».

Un 93% de los encuestados asegura que la imagen (uniforme, material, equipo, entorno de trabajo...) que se traslada de ellos en cine, medios de comunicación u otros ámbitos no es acorde con sus competencias y funciones reales dentro del sistema sanitario. Un 75% de los enfermeros encuestados reconoce haber sufrido en primera persona comportamientos o comentarios ofensivos o denigrantes, de los que un 40% son sexuales.

La práctica totalidad destaca la necesidad de que el Ministerio de Sanidad constituya un Observatorio de la Mujer en el ámbito sanitario, para hacer un seguimiento de los casos de difusión de imágenes que atenten contra su dignidad.