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Alicante copa los premios nacionales a la innovación educativa en las aulas

Dos colegios y un instituto de la provincia logran tres de los ocho galardones del Ministerio de Educación

La provincia de Alicante copa este año los premios nacionales a la innovación educativa que concede el Ministerio de Educación a los proyectos más innovadores por la mejora de la calidad educativa con tres de los ocho galardones, casi la mitad.

Los colegios El Fabraquer de El Campello y Vienta Ruso de Santa Pola, junto al Instituto Cavanilles de Alicante sitúan a la provincia en el top de la calidad educativa en la XXXIII edición de los prestigiosos galardones Francisco Giner de los Ríos.

Sus proyectos abordan respectivamente el enriquecimiento de las altas capacidades, para contribuir a que los alumnos den el máximo de sí mismos y no se aburran en clase; métodos para la mejora de la salud tanto física como mental y ambiental de los escolares; y la mejora de la autoestima y de la convivencia a través de la formación de un coro musical con padres, profesores y alumnos.

Además, el colegio El Fabraquer de El Campello, a través de su proyecto Conecta-T para altas capacidades, ha conseguido el premio especial al mejor trabajo de todos los presentados a estos premios en cualquier categoría. Está dotado con la mayor gratificación económica de estos galardones, 24.000 euros que dota la Fundación BBVA, y el resto con 15.000 euros que deben destinarse a materiales para el centro educativo.

«Conecta-T empezó creando un rincón del alumno en una sala común a la que los estudiantes con más inquietudes e interés por aprender acudían puntualmente para desarrollar sus capacidades, pero hemos acabado implicado al colegio entero y se ha generalizado este rincón del aula en todas las clases», apunta Pilar Serna, una de las coordinadoras del laureado proyecto del colegio El Fabraquer.

Todo el profesorado del centro dirige hacia esta área dotada con nuevas tecnologías en cada aula, a los alumnos conforme van acabando con la tarea prevista del día, para que no se distraigan ni molesten a los demás compañeros, al tiempo que desarrollan sus capacidades y se sienten valorados.

«Usar las nuevas tecnologías potencia el interés del alumno y se organiza el contenido, previamente dirigido por los profesores, en torno a una web con varias secciones en las que también se implica a los padres», añade la profesora Serna.

De esta forma los niños aprender a buscar información, a sintetizarla y a ponerla la alcance del resto de los compañeros, al tiempo que se promueven siete competencias clave para el alumno: aprender a aprender o lo que es lo mismo, saber y saber hacer; competencias sociales y cívicas; de comunicación lingüística; competencia digital; de conciencia y expresiones culturales; la competencia matemática y básica en ciencia y tecnología; y el sentido de la iniciativa y del espíritu emprendedor.

Investigación

Según consta en las bases de estos premios nacionales convocados por el Ministerio de Educación, la convocatoria pretende estimular a los profesores para que pongan en práctica en las aulas proyectos propios de investigación pedagógica e innovación educativa que, de otro modo, difícilmente habrían decidido poner en marcha por la carga de trabajo del día a día.

Las dos horas a la semana y 16 alumnos que estrenaron Conecta-T se han extendido a todos los días y los más de 500 alumnos del centro, como señala con orgullo el director, Ginés Pérez, a su vez representante del colectivo de directores de Infantil y Primaria de toda la Comunidad.

Las etapas que atraviesa el proyecto pasan por la creatividad, porque se invita al alumno a explorar nuevas ideas; el emprendimiento porque hay que atreverse a desarrollarlo y comprometerse con ello; la comunicación de lo conseguido a los demás, que también favorece la socialización, y la reflexión final que consiste en tomar conciencia de lo que se ha aprendido a lo largo del proceso.

El proyecto del colegio Vicenta Ruso de Santa Pola, por su parte, nace de la mano de un profesor Alfredo Matías Oteros, que a día de hoy está en otro centro tras sembrar entre 40 de sus ex compañeros la semilla de la protección del medio ambiente partiendo de la inteligencia emocional.

La totalidad del claustro del Vicenta Ruso trabaja con los alumnos la cooperación, el autocontrol y la automotivación a partir de los trabajos en el huerto ecológico escolar, del ejercicio físico en el rocódromo y de la relajación mediante el método midfullness en las aulas al volver del recreo.

Integra Sano, nombre con el que han bautizado al proyecto, busca fomentar a su vez la solidaridad y el compromiso social entre los niños de 6 a 12 años, en Primaria, para recuperar valores que «se descuidan y debemos potenciar escuchando a los alumnos para que a su vez ellos aprendan a hacerlo», como señala el profesor. «Inculcamos a los alumnos una visión global de la salud que trasciende de lo puramente físico, abarcando también lo psíquico, lo social, lo mental y el medioambiente».

En cada etapa un profesor se encarga de las actividades periódicas y se van creando hábitos saludables entre los alumnos que exceden su aprendizaje académico. Se lo llevan puesto en sus vidas.

Música

Es algo similar a lo que ha sucedido con el proyecto Mesías educativo que puso en marcha el profesor Alejandro Bernabéu en el Instituto Cavanilles. Creó un coro en el centro, al que dirigía a los alumnos sin prestar demasiada atención a que tuvieran buena voz. Se trataba de integrarles en un proyecto común en el que se sintieran motivados y protagonistas a un tiempo, para su plena integración.

El resultado ha sorprendido al propio profesor, porque numerosos centros educativos han acabado tomando buena nota y organizando coros propios con el mismo objetivo. Los estudiantes más díscolos corregían su conducta al sentirse valorados y tras esforzarse por el grupo, y las calificaciones también mejoraron. «No voy a decir que de forma exagerada, pero se notó. Es un estímulo para los chicos e implicar a padres y profesores une a toda la comunidad», recuerda.

Bernabéu trabaja ahora en el centro de formación de profesores (Cefire) de Elda y todavía recuerda con emoción cómo este proyecto educativo con la música como hilo conductor alcanzó su apogeo con la interpretación a cinco voces del Réquiem de Mozart en la Concatedral de Alicante con cerca de 300 integrantes de tres institutos de la ciudad junto al Conservatorio Profesional de Elche y un instituto italiano al que hicieron partícipe del proyecto aprovechando un Erasmus.

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