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Los elevados precios del alquiler impiden a las personas sin recursos acceder a una vivienda

La red de atención a las personas sin hogar alerta de que los centros y pisos de acogida en la ciudad de Alicante están saturados

Una persona duerme en un cajero de la ciudad de Alicante. PIlar Cortés

Los desorbitados precios de los alquileres en la ciudad de Alicante se lo ponen cada vez más difícil a las personas más vulnerables, como son aquellas que carecen de un hogar y que tienen que estar en centros de acogida o que directamente duermen en la calle. Así lo puso ayer de manifiesto la Red de Entidades para la Atención a Personas sin Hogar de Alicante, Reapsha, en la presentación del «Informe de ocupación de los recursos residenciales».

Este trabajo pone de manifiesto la saturación que sufren los centros destinados a acoger en la ciudad de Alicante a las personas que carecen de una vivienda. Según explicó Fidel Romero, miembro de esta entidad, en la ciudad de Alicante hay actualmente 279 plazas destinadas a acoger a personas sin hogar. 74 de ellas son de corta estancia, con un mes de acogida como media; 194 son de media-larga estancia, con una media de un año de acogida. Por último 11 de las plazas son de carácter indefinido.

El promedio de ocupación de estos recursos roza el cien por cien y en el último año han pasado por ellos cerca de un millar de personas con un tiempo de estancia medio que va en aumento, algo que a juicio de Romero no es positivo. «Quiere decir que personas que podrían incorporarse a una vivienda no pueden hacerlo no por imposibilidad de ellos, sino porque no encuentran una asequible, entre otras cosas por el elevado precio de los alquileres». En este sentido, Charo Moreno, integrante también de Reapsha, pidió que las administraciones se impliquen en buscar soluciones a este problema. Entre ellas que se fomente el alquiler de habitaciones a través de bonificaciones a los dueños de las viviendas «que podrían estar exentos de pagar el IBI».

Moreno también reclamó la creación de recursos específicos. «Hay gente muy cronificada en la calle que requiere, por ejemplo, de centros de baja exigencia». También «mujeres que sufren violencia de género pero que no pueden entrar en centros específicos para víctimas de malos tratos porque tienen enfermedad mental o problemas de adicción».

Reapsha ha detectado que 195 personas duermen habitualmente en las calles de Alicante. Muchos de ellos van pasando de un recurso a otro, «de forma que en la ciudad se crean circuitos por los que estas personas entran y salen de los centros», señala Fidel Romero. En este sentido, Reapsha reclama una mayor coordinación entre las administraciones «de forma que se podría crear una puerta única para desviar a la persona sin hogar al recurso más adecuado». También reclaman una política de vivienda pública y que se definan términos como el de alquiler social y alquiler sostenible.

Los integrantes de la red alertaron no sólo de la saturación de los recursos, también del cambio de perfil con un aumento en los últimos años de familias enteras que no pueden acceder a una vivienda.

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