Ésta es la historia de Sara, cuya expareja le asegura por whatsApp, «Yo me mato y te llevo conmigo por delante, te lo juro». Es la de un grupo llamado «Somos los leones», uno de cuyos miembros presume ante el resto de haberse acostado con una chica y de haberla grabado en vídeo. «Ahora os lo paso», dice el sujeto. Es la historia de una cuadrilla de amigas que después de una noche de fiesta se envían mensajes unas a las otras aterrorizadas para comprobar si han llegado bien a casa: una de ellas les cuenta a las demás que se ha bajado en la parada del tren semidesierta y que un hombre la sigue. «¿Puedo llamaros, chicas? ¿Estáis ahí?», pregunta atemorizada, angustiada.

Todas estas historias compusieron los murales gigantes en forma de whatsApps que formaron un gigantesco círculo en el centro de la Plaza del Puerto de Alicante, durante el acto organizado por la Plataforma Feminista para conmemorar el 25 de noviembre. Fue un ejercicio muy visual para lanzar al aire de la mañana el mismo anhelo de tantos años: «Ni una más. Ni una menos». Historias de un perfil similar latieron también en el ánimo de las poblaciones que ayer se movilizaron por el mismo motivo. El color morado se expandió como una mancha de dolor y de reivindicación por toda la provincia. Miles de personas en las calles.

En la capital alicantina, después de la irrupción de los murales con forma de whatsApp, llegó la lectura del manifiesto en el que la plataforma exigió al Gobierno Central «que esté a la altura» y que dote de presupuestos reales a las políticas necesarias para atajar la violencia machista.

Luego, asistentes al acto fueron leyendo uno a uno los nombres y apellidos de todas las mujeres asesinadas durante este año en España. Cada vez que se leía un nombre se pegaba a una cartulina con silueta de mujer anónima y se colocaba dentro del círculo, tras los cartones con los whatsApps gigantes. Y así el círculo humano quedó completo. «Ni una más ni una menos».

Al acto, al que acudieron más de un millar de personas que abarrotaron la Plaza del Puerto, acudió la subdelegada del Gobierno Araceli Portador y el conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz. También representantes de sindicatos, entidades cívicas y partidos políticos, con especial presencia de miembros y concejales del PSOE, Compromís, Guanyar y Podemos. No estuvo el alcalde, el popular Luis Barcala, que a esa hora acudió a la misa con la que concluyeron los actos del 770 Aniversario de la toma del castillo de Santa Bárbara.

En Elche, más de 150 personas se concentraron anoche en la Plaça de Baix para mostrar su repulsa a la violencia machista en un emotivo acto en el que también se leyeron los nombres de cada una de las 45 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas este año. Tras guardar un minuto de silencio, los asistentes depositaron pétalos y lazos negros en recuerdo a las víctimas para simbolizar la vida y el asesinato de cada una de ellas: «Esas mujeres perdieron la vida de forma gratuita por el mero hecho de ser mujeres». Además, el acto, organizado por la Asociación de Mujeres Vecinales de Elche, contó con la lectura de un manifiesto en el que se expresó la necesidad de avanzar en el ordenamiento jurídico, en ayudar a las víctimas y a sus hijos, en sensibilizar sobre la igualdad real y en potenciar el papel de la educación. Representantes de la corporación municipal respaldaron la concentración.

Una gran marcha recorrió en Orihuela las principales calles del centro con una pancarta ilustrada por las lágrimas de sangre de una mujer. La comitiva fue conducida por el alcalde de la localidad, Emilio Bascuñana, junto a otros ediles y cientos de vecinos y asociaciones cívicas bajo el lema «Únete, invierte en poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas». La edil de Igualdad, Sabina Galindo, instó a la unidad frente a la violencia machista y a facilitar la interposición de las denuncias por parte de las víctimas. También subrayó que es un problema social que afecta a toda la ciudadanía: «Es la humillación hecha golpe y sangre, es la vergüenza de la que todas y todos somos responsables» La Glorieta, corazón neurálgico de Orihuela, cambió su nombre por el de la Plaza de la Igualdad y se inauguró una escultura en apoyo a las víctimas de violencia de género realizada por Virginia Rotter. Mientras, en Torrevieja se llevó a cabo una representación teatral a cargo de las academias de baile en el Paseo Vistalegre y la representación dramática en la calle de la obra «Féminas. Las mujeres mueven el mundo».

Todas las poblaciones de la Marina Baixa se unieron en una sola voz. En esta comarca, cerca de medio millar de personas participaron en la segunda Marcha Comarcal contra la Violencia de Género, que en esta ocasión se celebraba en l'Alfàs del Pi. La iniciativa fue impulsada de forma conjunta por Finestrat, La Nucía, La Vila Joiosa, Altea, Callosa d'en Sarrià, Polop de la Marina, l'Alfàs del Pi y Benidorm), en colaboración con la Asociación Mujeres Con Voz. La movilización puso el acento en que este drama social no sólo afecta a las mujeres, víctimas directas de agresiones, abusos y maltrato físico y psicológico, sino también a su entorno más cercano. Antes de iniciar la marcha, las concejalas que integran el Consejo Comarcal de Igualdad leyeron un manifiesto en el que exigieron más fondos para luchar contra la violencia de género, una de las demandas más solicitadas durante toda la jornada, y no dejar desamparadas a las mujeres que la sufren. También se guardó un minuto de silencio por las mujeres fallecidas con la intervención del cantautor Paco Menchero.

Por las hijas y los hijos

Otro de los actos con mayor fuerza visual en la provincia tuvo lugar en Biar, con una «performance» basada en zapatos rojos con la que la asociación Flama Violeta quiso simbolizar todos los asesinatos de mujeres que se han producido este años así como los hijos que también han perecido a causa de esta lacra.

Aspe registró por su parte una concentración en la Plaza Mayor acompañada con la batukada feminista Samba. En ese espacio hubo un punto lila durante toda la jornada y la Asociación Macma leyó un manifiesto.