Los resultados que arroja el último informe del defensor del profesor, en el sentido de que uno de cada tres docentes se siente acosado por los grupos de padres que usan de forma indebida el WhatsApp,y que acaban denigrando la labor docente e insultando al profesor, lleva también a los propios representantes de las familias en la escuela a facilitar recursos para controlar el uso de las tecnologías.

La Fapa Enric Valor, de la mano de Txomin Angós, enviará a las AMPA que lo pidan tanto psicólogos como orientadores para formar a los padres en el buen uso de las tecnologías. «Si queremos convencer a nuestros hijos de que hay que usarlas correctamente, primero tenemos que concienciarnos nosotros. Si se genera un problema con un maestro lo que procede es ir a hablar al centro».

Angós afima que las experiencias que le han llegado al respecto siempre han sido positivas. «Los maestros buscan tiempo para gestionar situaciones que pueden generar conflictos y lo que no podemos los padres es trasladar al docente problemas que tenemos en casa. Pienso que los niños tienen que ir a clase educados, igual que llevan el bocadillo o la mochila».

El también presidente de la Confederación autonómica de padres Gonzalo Anaya, añade su intención de llegar a todos los asociados con la formación en tecnologías «porque el papá que insulta es un maltratador en potencia si nadie le pone coto», advierte. Lamenta que algunos grupos de WhatsApp estén demostrando que existen padres poco conscientes de la gravedad de sus expresiones.

Prisas

El también representante de las familias de centros públicos en la Fapa Gabriel Miró, Ramón López, acaba de concluir una campaña a la que se han acercado «más de 2.000 personas» sobre la recuperación de los valores universales.

Las conferencias saludables que ha transmitido «Valoria» ponen el acento en que «la escuela no es una isla en la sociedad, que la sociedad en general está alterada, vamos todos muy deprisa, y quizá es momento de desempolvar los valores por la autoestima, la comprensión y la convivencia de nuestros hijos», sostiene López.

No se muestra de acuerdo conque se criminalice el uso del WhatsApp entre los padres «cuando entre los problemas que tipifican los profesores, un tanto por ciento también muy elevado se refieren a sus propios compañeros docentes y a la dirección del centro», apunta. «La autoridad del profesorado no la marca el DOGV ni una ley, sino el prestigio del día a día, y aunque los padres asumamos el 30% de los conflictos que tienen los profesores, el resto, que es un 70%, obedece a otras cuestiones», explicó el presidente de la FAPA Gabriel Miró.

No obstante matiza que su reflexión en ningún momento acepta una sola agresión a un profesor «fuera por quien fuera, aunque tampoco tienen por qué ser necesariamente los culpables los padres y madres».