El recurrente tema de los «deberes, ¿sí o no?» lo exponen los profesores como ejemplo en el que la opinión de los padres derivan hacia la denigración del docente que pone la tarea al hijo, para terminar por proponer que se le eche del centro escolar tras insultos y críticas subidas de tono. «Del 'me parece que pone muchos deberes', se pasa a calificarle de 'impresentable' e 'inútil que todo lo resuelve poniendo deberes', y concluyen con intentar defenestrarlo y que lo echen del centro». El presidente de Anpe en la Comunidad insiste en que las quejas y sugerencias sobre la enseñanza de los hijos deben seguir el cauce oficial de comunicación con el centro.

Laureano Bárcena recuerda que «el propio Ministerio Público detalla en su memoria anual la importancia de la prevención y la educación en el uso de las nuevas tecnologías, y añade que no deben restringirse solo a los menores, sino también a los padres».

Hasta el momento, según se desprende del informe del defensor del profesor, ni el decreto de convivencia, ni el protocolo de actuación del Plan Previ contra la violencia escolar, ni tampoco la generalidad de las semanas de la Paz y de proyectos propios que incluyen como premisa la mediación, consiguen rebajar el clima de agresividad. «Todas estas medidas no dejan de ser negro sobre blanco porque no llegan a cumplirse. Es necesaria una revisión por la Administración educativa, y que ofrezca en todos los casos asesoramiento jurídico y gratuito a los profesores, porque no sucede así». Concluye que en un 70% de los casos los docentes padecen cuadros de ansiedad.