Estudiantes de Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato con problemas hipoacúsicos no han podido dar clase en todo el curso con sus respectivos intérpretes de la lengua de signos porque todavía no han sido contratados.

Aunque las protestas generalizadas de los padres de estos alumnos se dirigen a la Conselleria de Educación, de la que dependen a la hora de matricular en el instituto a sus hijos, los responsables educativos explicaron ayer a este diario que desde este curso los profesionales de la lengua de signos ya no dependen de Educación sino de la Conselleria de Administración Pública, que abrió la bolsa laboral para estos especialistas en septiembre y todavía no está en funcionamiento para llevar a cabo las contrataciones de personal necesarias.

«Desde la Conselleria de Educación se hizo la notificación de necesidades en tiempo y forma», subrayan a este diario.

Pero a la asociación de padres y madres del Instituto Virgen del Remedio de Alicante se le ha agotado la paciencia y «hartos» de recibir un día tras otro las mismas promesas de que los especialistas en lengua de signos iban a llegar, han lanzado la reclamación a las redes sociales, a través de la plataforma change.org, y en apenas dos días han superado las 600 firmas.

La protesta

«Dos meses y medio después del inicio del curso escolar 2018-19, no tenemos aún el profesor de Matemáticas ni los dos intérpretes de signos para nuestros alumnos hipoacúsicos», denuncian en el escrito firmado por la AMPA del IES Virgen del Remedio.

En este centro hay seis alumnos hipoacúsicos que carecen del apoyo del especialista en el aula, tres en primer curso de la ESO, uno en segundo curso de ESO, otro en Formación Profesional Básica y el último en un ciclo formativo de grado medio.

«Al faltarles el especialista en lengua de signos no logran seguir el ritmo del resto de la clase y se pierden», explican otros profesores del instituto. Y como consecuencia de este desajuste, surgen otro tipo de problemas que de otra forma aparecían ya superados en relación a la seguridad y autoestima de estos estudiantes.

«Además -añaden los firmantes en su escrito de protesta- nos sentimos engañados por la misma Administración que cada semana nos informa de que las incidencias se van a resolver... y está a punto de terminar el primer trimestre del curso».

Los padres y madres de este instituto concluyen su reclamación advirtiendo que «lo más grave es que los que pagan con la irresponsabilidad de la Administración es la educación de nuestros hijos e hijas».

Entre los firmantes se incluye la «necesidad de integrar a estos niños en la sociedad», como indica Silvia Garijo-López; o, como alerta Rosa Pastor, «meter a un niño sordo en un colegio sin intérprete es como meter a un niño oyente en un colegio solo de signos».