Como es lógico, quienes no recibieron la sentencia con tanto regocijo fueron los seis condenados por aprobar las dietas de 600.000 euros que cobró Modesto Crespo aunque, eso sí, la mayoría optó por el silencio. Tan sólo aceptó hablar el que fuera vicepresidente de la entidad Antonio Gil-Terrón, que comunicó a este diario su intención de recurrir el fallo ante el Tribunal Supremo.
«No comparto en absoluto los argumentos que se dan. La sentencia es un despropósito de principio a final», señaló el también empresario quien, a modo de ejemplo, destacó la paradoja de que la persona que supuestamente se embolsó el dinero -el expresidente de la caja Modesto Crespo- sea el que menos pena ha recibido, sólo nueve meses, frente a los dos años y seis meses del exdirector general de la entidad Roberto López o el año y seis meses de los miembros de la comisión de control.
Del mismo modo, lamentó el papel que ha jugado la confesión de Crespo que, a su juicio, tiene más que ver con la situación personal y el deseo del ilicitano de zanjar la cuestión cuanto antes que «con la realidad» e insistió en que él no ve «delito por ninguna parte».
Además de Gil-Terrón, el exsecretario del consejo de la CAM, José Forner, y el exdirector general Roberto López también tienen previsto recurrir la sentencia antes el Supremo, según ha podido confirmar este diario, mientras que los miembros de la Comisión de Retribuciones Martín Sevilla y Luis Esteban todavía no habían tomado una decisión al respecto en el día de ayer. Por su parte, el expresidente de la CAM Modesto Crespo declinó realizar ningún comentario. En su caso, no tendría ninguna lógica un recurso ya que alcanzó un pacto con la Fiscalía antes de iniciarse el juicio, lo que le ha permitido rebajar su condena.
